lunes, 30 de noviembre de 2009

Comentario de Francisco Cenamor sobre el libro de relatos ‘La civilización y la nada’, de Miguel Ángel de Rus


Las casualidades tienen que ser por algo, aunque casi nunca sepamos por qué. El caso es que el mismo día que colgaba en el blog Asamblea de palabras una entrada sobre el nuevo poemario de Julio Santiago recibía uno de los libros de la colección Cuadernos del laberinto de manos de su editora, Alicia Arés. La primera casualidad estriba en que Julio Santiago ilustró el nº 4 de la colección, titulado Derecho de pasión y dedicado a Gloria Fuertes. La segunda, en que este otro número, el 6, se titula La civilización y la nada e incluye dos relatos de Miguel Ángel de Rus, escritor a quien tengo el gusto de conocer a través de Internet y con quien he intercambiado algunos mensajes. Actualmente conduce el programa literario de Radio Nacional de España Sexto continente.

   Dicho esto, paso a contar que Cuadernos del laberinto es una colección de pequeños libros de edición muy limitada, bellamente impresos, libros de coleccionista. Además de los citados anteriormente, han aparecido títulos como Crossing the bar, de Alfred Tennyson, Gratia plena y Versos para la Navidad, de Luis García Arés, y Altizaro, de Juan Miguel Domínguez Prieto.
   El que tengo en mi poder incluye el relato de Miguel Ángel de Rus Extraña noche en Linares, en el que su autor demuestra un gran conocimiento de las técnicas y temas que emplearon en su día los escritores románticos. Su relato recuerda, es inevitable decirlo, al raro ejemplar Manuscrito encontrado en Zaragoza, del polaco Jan Potocki, que tuve el gusto de leer hace años: sus aires de Las mil y una noches, sus bellas y aduladoras hermanas moras, sus ensoñaciones y ambientes fantásticos… Y no sólo eso, De Rus demuestra una gran cultura literaria, con referencias o imágenes tomadas de otros autores del pasado.

   El segundo relato, de narración más moderna, titulado Yo fui quien imaginó aquella escena de 451 Fahrenheit, nos introduce de manera muy original, a través de recuerdos de la película de Françoise Truffaut incluida en el título, en una atmósfera de desesperanza ante el modo de vida occidental actual. No me gusta utilizar este tipo de calificativos, pero, allá va: de magnífico se puede catalogar en este relato el cambio de narrador que nos traslada desde los felices momentos de revuelta que se respiraban durante el rodaje de la película, a la actualidad más descorazonadora.

   Creo, como lector empedernido de relato y novela, que Miguel Ángel de Rus domina bastante bien las técnicas narrativas. Pero si he de poner una pega, sería que sus personajes, cuando hacen análisis de la sociedad, pecan un poco de maniqueos: explotadores-explotados, élites-ciudadanos alienados… Es bueno, y necesario, que la literatura, cuando trata problemas sociales, se dedique a desentrañar la complejidad existente en dichos procesos. Pero, dicho esto, diré también que este aspecto, de pura opinión personal, no desmerece, en absoluto, la calidad de los textos que muestra este librito.

Francisco Cenamor

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Poema del día: "La voz", de Concha Lagos (España, 1909-2007)

Estaba, yo no sé, como buscando,
en acecho, a la espera, detenida,
inclinada en el puente, por si el agua...
Y, de pronto, casi remotamente,
¡la voz!

Yo no sé.
La voz, el agua...
¿Se me fuga el principio de la historia,
o es que nunca lo tuvo?
Yo no sé.
Detenida me estaba a la espera, acechando,
cuando sonó la voz

¡La voz! ¡La voz!
Por el agua la voz, sí por el agua.

Concha Lagos en Tema fundamental (Ágora, Madrid, 1961).

Otros poemas de Concha Lagos
Como pan cotidianoEn las rojas aurorasHasta saber la orillaLa vozQuién dará testimonio

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domingo, 29 de noviembre de 2009

Comentarios en torno al nuevo libro de poesía de Francisco Cenamor 'Casa de aire'

Muhsin Al-Ramli, escritor iraquí (Madrid, España).
Estel Julià, poeta y escritora (Valencia, España).
Graciana Petrone, escritora y periodista (Rosario, Argentina).
Ignacio Dufour, estudiante de la Univ. Carlos III (Madrid, España).
Hilario Ibáñez, filósofo y profesor (Madrid, España).
María Jesús Silva, poeta (Fuenlabrada, España).
Esteban Gutiérrez Gómez, escritor (Fuenlabrada, España).
Ángel Fernández, escritor (Manzanares, Ciudad Real, España).
Antonio Linares Familiar, profesor, poeta y traductor (Madrid, España).

Otros poemas de Francisco Cenamor y artículos sobre su obra

viernes, 27 de noviembre de 2009

Repaso semanal a los blogs y webs más interesantes

Devaneos para siete noches es el blog del profesor colombiano Carlos Arturo Gamboa. Nos ofrece un blog, en general, sobre literatura, variado en sus contenidos y que mantiene un índice a través del cual acceder a los mismos. Ávido lector de poesía, se anima también a publicar algunos textos suyos.

Edecán urbana es un blog en torno al erotismo literario. Su autora nos muestra sus textos poéticos y narrativos, su desnudez a través de palabras y fotografías. El modo de acceso es a través del archivo temporal. Encontraréis también información sobre los talleres de relato erótico que imparte en Madrid.

Luigi Dante & The Güelfos es el blog del poeta afincado en Madrid Luigi Dante. Poesía, poesía y más poesía. Sus textos y los de otros. También mucha información sobre eventos poéticos y novedades editoriales, así como una larga lista de enlaces a otros sitios de poesía. Está indexado.

Grupo Entre mujeres es el blog de la asociación de mujeres procedentes de diversas disciplinas artísticas del mismo nombre, fundada hace 25 años en la ciudad argentina de Buenos aires. En el blog dan cuenta de sus actividades y funcionamiento.

Poema del día: "Elegías lamentables 99", de Juan Ramón Jiménez (España, 1881-1958)

Hombres en flor -corbatas variadas, primores
de domingo-: mi alma ¿qué es ante vuestro traje?
Jueces de paz, peritos agrícolas, doctores,
perdonad a este humilde ruiseñor del paisaje.

Yo no quisiera molestaros nunca, cantando...
Ved: este ramo blanco de rosas del ensueño
puede hacer una música melancólica, cuando
sonreís con los labios; pero yo no os desdeño.

¿Qué es mi voz ante vuestra decorada levita?
¿Vale, acaso, la pena una triste sonata
de achica las orejas; o una estrella marchita
que volara, qué es para vuestra corbata?

¡Y tú, ruiseñor mío, endulza tu tristeza,
enciérrate en tu selva, florécete y olvida,
sé igual que un muerto, y dile, llorando, a la belleza
que has sido como un huérfano en medio de la vida!

Juan Ramón Jiménez en Elegías lamentables (1910), incluido en Elegías (1908-1910) (Visor Libros, Madrid, 2007).

Otros poemas de Juan Ramón Jiménez
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jueves, 26 de noviembre de 2009

Poema del día: "Segunda carta a Taranta-Babu", de Nazim Hikmet (Turquía, 1902-1963)

La que lleva en su cuello un collar de tres filas
          hecho con dientes de mono azul,
que vive bajo el cielo como un pájaro de plumas rojas
y sobre la tierra como el agua que corre,
cuyas palabras son espejos de cobre de mis palabras,
              y sus ojos de mis ojos,
             madre de mi tercera hija
             y de mi quinto hijo varón
                                     ¡TARANTA-BABU!

Ya no queda ninguna puerta
a la que no haya llamado
todos estos meses.
                  Calle a calle
                         fragua a fragua
                             paso a paso.
¡En Roma
             he buscado a Roma!...
Aquí
       los grandes maestros
       ya no tallan el mármol
       como un tejido de seda.
Ya no soplan los vientos de Florencia,
ya no se escuchan los cantos de Dante Alighieri,
ni se admira el rostro pintado de Beatriz,
ni se ven las manos, dignas de ser besadas,
                       de Leonardo da Vinci.

¡Miguel Ángel
              es un presidiario encadenado en los museos,
y de su cuello pálido
     colgaron a Rafael en la pared de una catedral!...
Hoy,
       en las grandes y anchas avenidas de Roma
no hay más que una sombra sangrienta
apoyada, como una hacha de dos filos
contra los bancos de hormigón,
para un César
                     cortando a cada paso
                                       la cabeza
                                      de un esclavo,
                                      abriendo a cada paso
                                            una tumba.
¡Roma!
No preguntes:
"¿Quo Vadis, Roma?"
Está tan claro
como el sol de nuestras tierra!

¡Calla Taranta-Babu!
Cállate
           con amor,
                          con respeto,
           riendo,
                          gritando...

Escucha y mira:

¡ESPARTACO rompe sus cadenas
en los arrabales de Roma!

Nazim Hikmet en Cartas a Taranta-Babu (1935), incluido en Antología (Visor Libros, Madrid, 1973, trad. de Soliman Salom).

Otros poemas de Nazim Hikmet
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martes, 24 de noviembre de 2009

Prólogo de Purificación González de la Blanca al poemario de Miguel Ángel Rincón 'Poemas en el equipaje'

Poemas en el equipaje (Editorial Castellarte, Murcia, 2009) es el título de este nuevo poemario que, en versos libres, con alguna excepción ('Primera línea de fuego'), nos regala Miguel Ángel Rincón Peña, con la frescura de lo que brota de modo espontáneo (Me salen los versos a borbotones) a través de su pluma, sin artificios literarios, sin rebuscada ingeniería, con la naturalidad de ese momento cotidiano vivido que ha dejado plasmado en un verso. Ante nosotros un joven poeta que, sin embargo, cuenta ya con una dilatada trayectoria cultural: tres libros publicados, numerosas colaboraciones, en todos los formatos, la dirección de la revista digital El Diván, etc.. ¿Cómo calificar su poesía? Acaso dentro del impresionismo poético, como poesía urbana, de lo cotidiano (el equipaje, la carretera -serpiente gris venenosa y letal… donde los coches rugen-, el televisor, el móvil, el ordenador, la teletienda, el centro comercial…), intimista, con versos que funcionan como válvulas de escape ante las distintas situaciones que nos depara el mundo que nos rodea, en el que se mezcla la vida y la muerte, lo bueno y lo malo, imponiéndonos una atmósfera contaminada, que llegaremos incluso a reclamar, como una droga ("Dónde están los gatos y sus peleas. Dónde están los coches y sus humos. Adónde los gorriones y su alegría"). Y en lo cotidiano también la soledad, el amor, el erotismo, la tristeza, la incertidumbre ('Buzón de voz'), el desencanto ante unos políticos que van a su bola, ajenos a los problemas de la gente ('28 de febrero'), la disconformidad, la rebeldía, el desasosiego, el paso del tiempo, la sensación de vacío… Hay un cierto trasfondo de melancolía y frustración en estos poemas que, sin embargo, abren también puertas de escape para la evasión, como en 'Séptimo Cielo', con La Vie en Rose, que cantara Edith Piaf, como telón de fondo. Aunque el derrotero se incline más hacia Encore une Fois -o incluso el Et Maintenant-, de Gilbert Bécaud. Pero hay otros registros variados en la chistera del equipaje: desenfado, sorpresa ('¡Te quiero!'), ironía y hasta sarcasmo ('Si yo fuera Rey', 'Tiempos impropios', 'Ya no soy yo'), y un cierto sentimiento cósmico ('En tu cuerpo', 'Noche infinita', 'Qué grande es el mar'). Poesía directa, descarnada incluso, con un trasfondo que va más allá de las palabras y que denuncia el adocenamiento, el consumismo, la bazofia de la televisión, la degeneración de la política. Pero con la paz y el amor como estrella polar de su Utopía: “Y cambiar las balas por besos/ y cambiar las bombas por versos/ y cambiar la muerte por vida”, o “Y no temeré a la muerte porque estarás junto a mí”. Bienvenidos, por tanto, a estos Poemas en el equipaje, de Miguel Ángel Rincón Peña, que, sin duda, van a contribuir a enriquecer nuestro panorama poético. Purificación González de la Blanca Miguel Ángel Rincón Peña nació en Ronda (Málaga) en 1977. Actualmente reside en Prado del Rey (Cádiz). Ha publicado los libros de poemas La Tormenta (2003), Elucubraciones de un superviviente (2006) y Espacios compartidos (2008). Poemas en el equipaje es ya su cuarto libro de poemas.

Poema del día: "Membretes I", de Oliverio Girondo (Argentina, 1891-1967)

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de sorportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
   Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
   ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
   ¡María Luisa era una verdadera pluma!
   Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
   ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
   Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
   ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!
   Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
   Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo, incluido en Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. Calcomanías y otros poemas (Visor Libros, Madrid, 1995).

Otros poemas de Oliverio Girondo

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lunes, 23 de noviembre de 2009

Artículo de Francisco Cenamor sobre la novela corta de Esteban Gutiérrez Gómez ‘El colibrí blanco’

Son muchas las maneras en que, afortunadamente, los narradores y narradoras han encarado su labor. Pero reconozco que en los últimos años siento debilidad por aquellas narrativas que huyen de la linealidad, que se componen de diversos retazos que, juntados todos (o sea, leídos hasta el final), recomponen la historia que el autor o autora pretenden contarnos.

Es el caso del largo relato (o novela corta, pues debe de estar en la frontera) de Esteban Gutiérrez Gómez que lleva por título El colibrí blanco (EH Editores, Cádiz, 2009). Y las fuentes de las que bebe la historia que nos cuenta son muchas para una narración tan corta, lo que da cuenta del trabajo que el autor ha realizado: momentos de la época en que suceden los acontecimientos que dan al relato su trama, momentos cuarenta años posteriores, cartas enviadas en el transcurso de esos años, documentos policiales y judiciales, una lista de nombres inscrita en un tonel de vino…

Y tantas fuentes para contarnos que Antonio, una especie de gurú castellano, recio y seguramente calado de boina, que encandila con su buen vino a una pandilla de amigos de postreras generaciones, tiene un oscuro pasado en el periodo en que aconteció la Guerra Civil española. Oscuro o quizá no tan oscuro. Salvador o villano, asesino despiadado o reo de las circunstancias, afortunadamente Gutiérrez Gómez no trata de convencernos de si es un personaje bueno o malo: añade complejidad al juego y deja que cada cual decida por sí mismo.

A destacar, aparte de lo amena de la historia, un lenguaje poético sumamente visual que parte, precisamente, desde el mismo título del relato. En el debe yo le pondría la falta de participación de dos personajes femeninos, de los que apenas se atisba a saber qué relación pueden tener con Antonio, y que uno hubiese deseado verlas intervenir con más decisión en la historia. Pero bueno, esa es una decisión personal del autor que, obviamente, no puede tener en cuenta los deseos de los lectores.

Como reza en el propio libro, Esteban Gutiérrez Gómez nació en Madrid hace más de cuarenta años. Baco, su dúplice y alter ego, surgió diecisiete años más tarde en los locales de ensayo de bandas de rock de la periferia. Sin saber cómo, algún tiempo después, fue tragado por la Literatura y apareció a este lado de la ficción. En la actualidad reside en Fuenlabrada (Sur de Madrid), es profesor de relato en escuelas de creación literaria y asesor literario de la revista dedicada al cuento Al otro lado del espejo. Ha ganado diversos certámenes a nivel nacional e internacional por sus cuentos y poesías. Su anterior libro, El laberinto de Noé (Ediciones La Tierra hoy, Madrid, 2008), es una apuesta por la Literatura sin concesiones.

Francisco Cenamor

Poema del día: "La dispersión", de Joaquín O. Giannuzzi (Argentina, 1924-2004)

Sobre esta mesa he apoyado los brazos y la cabeza.
Piedad y desprecio por mi mundo. Los lugares comunes
de la materia que me rodea. Un lápiz, una caja
de fósforos, una taza de café, ceniza
de cigarrillos sobre un desorden de papeles.
Cuánta desesperanza de poesía sin porvenir.
Y de pronto la certeza de que morir es apartarse de la mesa,
la noción de que todo se perderá.
Cada cosa se ausentará de la otra,
los objetos de quienes soy el centro dejarán de amarse.
Yo mismo, agonía volcada, volumen apretado al planeta
me veré arrojado por la ventana,
pedazo a pedazo, a trozos que se odian
hacia la fría unidad de la noche.

Joaquín O. Giannuzzi en Señales de una causa personal (1977), incluido en Antología poética (Visor Libros, Madrid, 2006).

Otros poemas de Joaquín O. Giannuzzi

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viernes, 20 de noviembre de 2009

Repaso semanal a los blogs y webs más interesantes

El anfiteatro de Sofía nos llega esta vez desde Colombia. Es el blog poemario de una jovencísima aficionada a la escritura llamada Cindy Zuloaga Ramírez. Podremos disfrutar en él de sus textos reflexivos sobre diferentes asuntos.

El suspiro de un Ángel
es otro blog poemario de una joven poeta. Esta vez editado desde Cehegín, en Murcia, por Paloma Muñoz. En él veremos que solamente hay poemas suyos. En su columna lateral muchos enlaces interesantes y noticia de todas sus actividades literarias en Internet.

Diabinhosfora es un blog donde disfrutar de la maravillosa poesía que emana la lengua portuguesa. Son algunas pequeñas narraciones bellamente ilustradas, y vídeos de músicos portugueses.

Poema del día: "Los puertos", de Fernando Villalón (España, 1881-1930)

Gaviotas posadas
sobre tapices verdes...
Pedazos que la Atlántida
se dejó sobre el Mar.
Sois con la ilustre Gadex
(la doncella Fenicia)
los más ilustres vástagos
de la España ancestral.

Los moros no pusieron
en vosotros cuidado;
los hijos del desierto
no sabían navegar...
Por eso en vuestras carnes
arde el fuego pagano,
más vivo que en ninguna
región peninsular.

Tus calles son anchísimas
como a cordel tiradas,
que el oro americano
reedificó tu lar.
Tus villas tienen Plazas
como las capitales.
Tus vecinos de enfrente
son de América ya...

Las ventanas panzonas
avanzan en tus rúas
y tras visillos frágiles
de blanco tafetán,
tus mujeres enseñan
su busto de criollas
y una mirada lánguida
regalan al pasar.

Marineros descalzos
deambulan por tus calles,
y hombres que de otros mundos
acaban de llegar,
con el rostro curtido
por el sol de otros mares,
que viven una casa
con un balcón al Mar...

Rota tuvo Templarios,
Chipiona tiene monjes,
nuestra Reina Católica
fundó a Puerto Real.
Santa María fue griego
lo mismo que Sanlúcar
y a Venus y Dionisio
supieron adorar.

Chiclana fue frontera
con los moros de Ronda.
Medina fue el asiento
de la Casa Ducal,
después que a los judíos
se la ganó Castilla
que Sidonia llamaban,
por Sión recordar.

Gaviotas posadas
sobre tapices verdes...
Pedazos que la Atlántida
se dejó sobre el Mar.
Sois con la ilustre Gadex
(la doncella Fenicia)
los más ilustres vástagos
de la España ancestral.

Fernando Villalón en Andalucía la Baja (1926), incluido en Antología de los poetas del 27 (Espasa-Calpe, Madrid, 1982, ed. de José Luis Cano).

Otros poemas de Fernando Villalón
Los puertosSituación

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jueves, 19 de noviembre de 2009

Literatura en Youtube: Door for falcon. Poeta y poesía

Door for falcon

Poeta y poesía

Poema del día: "Nota VI", de Juan Gelman (Argentina, 1930-2014)

me pregunto qué sería
de la belleza de rodolfo ahora/
esa belleza en vuelo lento
que le iba encendiendo ojos/

si volaría o no volaría
esta vez que nos derrotaron
por soberbios y arrepentidos/
pero tal vez sí volaría/

o volaría triste triste
corriendo el mundo con la mano
para mostrar los compañeros
que cayeron por la belleza

Juan Gelman en Notas (1979), incluido en de palabra (Visor Libros, Madrid, 1994).

Otros poemas de Juan Gelman
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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Calle del Agua. Antología contemporánea de literatura hispanomagrebí

Calle del Agua. Antología contemporánea de literatura hispanomagrebí (Ediciones Sial, Madrid, 2009) es un estudio antológico que analiza uno de los fenómenos literarios de mayor interés ensayístico ocurrido en las últimas décadas en la región del Magreb, como es el hecho de la aparición de una neoliteratura española llevada a cabo por autores de origen magrebí y que desarrollan su proceso creativo vertiéndolo directamente en castellano, habiendo generado, durante casi seis décadas, una corriente creativa que los autores de la presente antología catalogan como de “literatura hispanomagrebí”. La investigación crítica ha sido llevada a cabo por cinco de los más destacados estudiosos del fenómeno: Manuel Gahete, Abdellatif Limami, Ahmed M. Mgara, José Sarria y Aziz Tazi. Durante un largo periodo de tiempo han ido recopilando todos los datos existentes acerca de esta singular obra y analizando los textos de los diferentes autores; las conclusiones se presentan como un corpus teórico junto con una muestra de los creadores seleccionados (Mohamed Chakor, Mohamed Sibari, Mohamed Akalay, León Cohen Mesonero, Said Jedidi, Mohamed Bouissef Rekab, Mohamed Lachiri, Ahmed M. Mgara, Moisés Garzón Serfaty, Mohamed Mo Toufali, Mohamed Doggui, Aziz Tazi, Mezouar El Idrissi, Abderrahman El Fathi y Moufid Atimou), lo que hace de la actual edición el primer texto antológico con categoría ensayística. Por todo ello, Calle del Agua está llamada a ser la obra de referencia para escritores, profesores, investigadores y críticos que deseen conocer o profundizar en esta vertiente de la literatura en español.

Poema del día: "Desde los balcones...", de Antonio Gamoneda (España, 1931)

Desde los balcones, sobre el portal oscuro, yo miraba con el rostro pegado a las barras frías; oculto tras las begonias, espiaba el movimiento de hombres cenceños. Algunos tenían las mejillas labradas por el grisú, dibujadas con terribles tramas azules; otros cantaban acunando una orfandad oculta. Eran hombres lentos, exasperados por la prohibición y el olor de la muerte.

(Mi madre, con los ojos muy abiertos, temerosa del crujido de las tarimas bajo sus pies, se acercó a mi espalda y, con violencia silenciosa, me retrajo hacia el interior de las habitaciones. Puso el dedo índice de la mano derecha sobre sus labios y cerró las hojas del balcón lentamente.)

Antonio Gamoneda en Lápidas (1977-1986 y 2003), incluido en Antología poética (Alianza Editorial, Madrid, 2006, ed. de Tomás Sánchez Santiago).

Otros poemas de Antonio Gamoneda

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martes, 17 de noviembre de 2009

Julio Santiago publica su nuevo libro de poemas 'Poesía depilada'

Poesía depilada (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2009) es un poemario muy novedoso escrito en vertical, cada una de los versos no tiene más que una palabra o letra, creando estéticamente un paisaje de bellas depilaciones irónicas y eróticas. Posee lo realmente imprescindible para describir cada una de las situaciones tratadas en el libro, su autor lo realiza con gran destreza demostrando un profundo conocimiento del lenguaje y sus dobles sentidos. Contiene una continua carga crítica frente a posturas retrógradas dentro del campo social, político, religioso y cultural, defendiendo en todo momento la libertad de expresión dentro de la individualidad de cada ser humano.


Julio Santiago (Miajadas, Cáceres, 1975) ha publicado los libros Historia de Miajadas (Publi Sher, 1994), Poemas de amor para una reina destronada (M.E. Editores, 1996), Beso en verso (Edimat Libros, 1998), Risa bajo el ombligo (Ediciones Vitruvio, 2000), Memoria de libertad (Ediciones Vitruvio, 2002), Neruda desnuda (Ediciones Vitruvio, 2003), El bostezo de la nuca (Ediciones Vitruvio, 2004), De canela y verso (Ediciones Vitruvio, 2006), Poesía depilada (Ediciones Vitruvio, 2009), Azul y azul (Cuadernos del laberinto, 2009). Ha editado e ilustrado el primer volumen de poesía inédita de Gloria Fuertes bajo el título Derecho de pasión (Cuadernos del laberinto, 2008). Es autor de varias colecciones de pintura. Ha sido incluido en varias antologías de poesía.

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Poema del día: "Ha averiguado el nombre...", de Elsa López (España, 1943)

Ha averiguado el nombre
que le ha correspondido
y se define ausente,
exiliado del sueño,
emigrante,
perpleja,
desgajada,
sin billete de vuelta.

Se declara sin fuerzas,
y pide con vergüenza
un poco de ternura.
Que le devuelvan,
por favor, el mar.

Elsa López en Penumbra (1985), incluido en En voz alta. Las poetas de las generaciones de los 50 y los 70. Antología (Ediciones Hiperión, Madrid, 2007, ed. de Sharon Keefe Ugalde).

Otros poemas de Elsa López
Es la hora del calor y la sombra...Ha averiguado el nombre...Me llevaron un día del mar y de la isla...

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lunes, 16 de noviembre de 2009

Poema del día: "A lo mejor es bueno", de Gloria Fuertes (España, 1917-1998)

A lo mejor es bueno desesperarse mucho y acostarse temprano.
Quizá es bueno tenderse encima de la vía;
y esconderse a menudo debajo de la cama.
Quién sabe si el gorrión la pía por ser hombre,
y puede ser que el toro quiera ser alcaldesa.
Nada sabemos casi: el cáncer no se cura,
la guerra no se para,
la guerra nos separa hermanos negros, amarillos, de todos los colores.
¡Cuánto os quiero!
A lo mejor es bueno desesperarse mucho.

Gloria Fuertes en Aconsejo beber hilo (1954), incluido en Obras incompletas (Ediciones Cátedra, Madrid, 1984).

Otros poemas de Gloria Fuertes
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Repaso semanal a los blogs y webs más interesantes

Calle [73] es el blog de Enol Sanyago, editado desde Madrid. Muy orientado hacia el movimiento poético de esa ciudad, con información de eventos y novedades editoriales. Podemos encontrar también algunos poemas del editor, así como de poetas que le gustan.

El Conventillo de la Museóloga es un curioso e interesante blog dedicado a todo tipo de asuntos y personas a lo largo de la historia, es un lugar de coleccionistas, en el que objetos y personas elegidas son expuestas con todo lujo de detalles e informaciones. Son tres las personas que, desde Argentina, lo mantienen.

Sin escrúpulos innecesarios nos llega esta vez desde Zamora, editado por una mujer llamada o de nick Bletisa. Además de comentarios sobre los más diversos asuntos, podemos encontrar algunos poemas de su autora. Mantiene una amplia lista de blogs literarios por los que darse una vuelta.

Poética compartida es el blog del poeta valenciano Pere Bessó, en el que da cuenta de todas sus actividades literarias. Podremos leer poemas del autor, escritos en catalán y castellano. Tiene una columna lateral muy poblada, con fotos que muestran sus amistades y actividades.

Los cuentos de la niña mala nos traslada a un mundo literario y visual en el que el erotismo es el plato fuerte. Relatos y fotografías de alto contenido erótico al que se recomienda solamente accedan personas mayores de edad. Está etiquetado para facilitar la navegación.

Salvador Pliego - Poesía es un blog de autor, en el que, una vez más, nos enteraremos de todos los avatares poéticos y editoriales de este autor mexicano. En su columna lateral está las pirtadas de sus libros, a los que podremos acceder gratuitamente en formato pdf.

Poema del día: "Egoísmo", de Ángela Figuera Aymerich (España, 1902-1994)

Contra el sucio oleaje de las cosas
yo apretaba la puerta. Mis dos manos,
resueltas, obstinadas, indomables,
la mantenían firme desde dentro.

Fuera, el naufragio; fuera, el caos; fuera
ese pavor, abierto como un pozo,
de las bocas que gritan
al hambre, al ruido, al odio, a la mentira,
al dolor, al misterio.

Fuera, el rastro acosado de los hombres
sin alas y sin piernas, que se arrastran,
que giran a los vientos,
que caen, que se disuelven
en muerte sorda, oscura,
derrumbándose
sin asunción posible.

Fuera, las madres dóciles que alumbran
con terrible alarido;
las que acarrean hijos como fardos
y las que ven secarse ante sus ojos
la carne que parieron y renuevan
su grito primitivo.

Fuera, los niños pálidos, creados
al latigazo rojo del instinto,
y que la vida, bruta, dejó solos
como una mala perra su camada,
y abren los anchos ojos asombrados
sobre las rutas áridas,
mordiendo con sus bocas sin dulzura
los largos días duros.

Fuera, la ruina de los viejos tristes
que un cuervo desmenuza fibra a fibra
en dolorida hilacha, preparando
la dispersión desnuda de los hueso.

Fuera, el escalofrío que sacude
el espinazo enfermo de la tierra
con ráfagas de hastío y de fracaso.

Fuera, el rostro de Dios , oscurecido
por infinitas alas desprendidas
de arcángeles sin hiel, asesinados.

Yo, dentro. Yo: insensible, acorazada
en risa, en sangre, en goce, en poderío.
Maciza, erguida; manteniendo firme,
contra el alud del llanto y de la angustia,
mi puerta bien cerrada.

Ángela Figuera Aymerich en Vencida por el ángel (19509, incluido en Obras completas (Ediciones Hiperión, Madrid, 1986).

Otros poemas de Ángela Figuera Aymerich
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jueves, 12 de noviembre de 2009

Literatura en Youtube: Islasila. Poeta y poesía

Islasila

Poeta y poesía

Poema del día: "La canción de la perra", de Serguei Yesenin (Rusia, 1895-1925)

Una mañana en la paja,
donde apilan el esparto,
parió la perra a siete,
a siete cachorros rojizos.

Hasta la tarde los acarició,
peinándolos con la lengua;
se derretía la nieve
bajo su barriga caliente.

A la noche, cuando las gallinas
se acomodan en la percha,
llegó el dueño hosco
y metió a los siete en un saco.

Corría la perra por la nieve
para no quedarse atrás...
Mucho tardó en calmarse
el agua del río sin helar.

Y cuando se arrastraba de vuelta,
lamiendo el sudor del vientre,
creyó que la luna sobre el tejado
era uno de sus cachorros.

Al alto azul
miró sin cesar de aullar.
La luna resbaló fina
y se ocultó tras los cerros.

Y en silencio, como en un escarnio,
cuando le tiran una piedra con mofa,
rodaron los ojos de la perra
como estrellas doradas a la nieve.

Serguei Yesenin en El último poeta del campo (Visor libros, Madrid, 1974, trad. de José Fernández Sánchez).

Otros poemas de Seguei Yesenin

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ediciones Bohodón publica 'Fuga de la nada. 16 propuestas poéticas", una antología para conocer propuestas actuales interesantes

Ediciones Bohodón acaba de publicar la antología poética Fuga de la nada. Dieciséis propuestas poéticas, una antología que, sin duda, marcará un camino en la poesía actual. Fuga de la nada pretende juntar una muestra (hay más) de poéticas consolidadas, ofrecidas por autores y autoras que creen en la poesía, tienen sus raíces poéticas en el conocimiento de la tradición poética y la técnica y no se dejan llevar por la moda testimonial del "yo individualista" que parece estar presidiendo el boom de la poesía española actual. A cada autor o autora le corresponden once páginas, más otra página para la poética (en total son 251 páginas). Al final del libro viene una biobibliografía actualizada. Se trata además, de un libro muy bien elaborado, cuya cubierta ha sido creada por Julio Reija (Madrid, 1977), uno de los poetas antologados. Además de él, participan en esta antología Susana Barragués (Bilbao, 1979), Marcos Canteli (Bimenes, 1974), Yolanda Castaño (Santiago de Compostela, 1977), Francisco Cenamor (Leganés, 1965), Óscar Curieses (Madrid, 1972), Julio Espinosa Guerra (Santiago de Chile, 1974), Patricia Esteban (Madrid, 1975), Miguel Ángel Gara (Madrid, 1970), Luis Luna (Madrid, 1975), Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978), Benito del Pliego (Madrid, 1970), Cecilia Quílez (Algeciras, 1965), Goretti Ramírez (Tenerife, 1971) Francisco J. Sevilla (Madrid, 1972) y Julieta Valero (Madrid, 1971). El libro cuenta con un prólogo de la también poeta Ana Martín Puigpelat (Madrid, 1968). La antología está teniendo una muy buena acogida en librerías y comenzará a presentarse públicamente en breve. La primera presentación será en Madrid, el próximo jueves 19 de noviembre de 2009, en el Café El Despertar (C/Torrecilla del Leal, 18. Metro Antón Martín).

Poema del día: "Cama", de Susana Barragués (España, 1979)

La cama es harina y hogaza de pan. Es por tanto trigo y lo que hay en el trigo que crece con la lluvia y la rotura delicadísima del trigo. La hinchazón del pan al fuego es el alma, la cama creciendo en el calor.

Como una miga de pan sobre una hormiga la cama avanza. Yo cuando me despierto huelo a pan.

Lo que está en la cama es tierra propia, campo, trigales labrados. Lo que entra en la cama pertenece, adquiere pertenencia, propiedad flotable de todo lo que toca ciertos intimismos. Ante la pregunta "dónde dormiste anoche" la cama empieza a latir salvajemente.

Lejos de mí buscaré una cama con lo más azul. Una fila de hormigas se llevará mi cama y me transportará lejos de mí.

Cama de trigo, cama de plumas y cama de flores. El pan de la cama dánosle hoy. Aún no habías abierto los ojos cuando la cama empezó a flotar. La cama que gira.

La cama en la oscuridad es tormenta que deja al descubierto furiosas ostras vivas, el escozor de las piernas. El vacío de la cama en la oscuridad de uno solo, que es un abismo.

La casa puede hundirse, pero la cama siempre se eleva. Fiel a lo horizontal, la cama vuela. La cama de la casa de pueblo, horizontal como el beso, como la pobreza, como los estantes de la alacena. Horizontal como la espalda de las mujeres que siembra avellanas. Lo vertocal es despertar, el olvido, el odio es vertical. La noche cae, pero la cama se eleva.

La cama de las libélulas es de polvo y luz.

La cama de un niño, sin embargo, es de un dolor purísimo.

Susana Barragués en La campesina fascinada (2007), incluido en Fuga de la nada. Dieciséis propuestas poéticas (Bohodón Ediciones, Madrid, 2009).

Otros poemas de Susana Barragués
CamaMiseriaRewind

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martes, 10 de noviembre de 2009

"Herta Müller, una narrativa a favor de la libertad integral", artículo del Lic. Miguel Fajardo Korea sobre la Premio Nobel rumana


Cada año, la designación del Nobel de Literatura provoca expectativas y quinielas. Este año, la escogencia de la rumana Herta Müller (1953) ha generado incertidumbre en algunos sectores. Sin embargo, al leer dos de sus obras destaca tanto su calidad literaria como la valentía de su voz narrativa, sin ataduras.


   Ella ha centrado sus relatos a favor de los débiles, los desheredados, las minorías étnicas y, sobre todo, su vehemente y vigorosa voz está a favor de la libertad integral del ser humano, en cualquier parte de la aldea global, así como su lucha personal contra las dictaduras. Ella ha sido víctima de éstas, tanto es así que debió abandonar su país.

   "Cuando una vida humana ha sido más corta que la de una dictadura, esa vida ha sido robada por el Estado", ha dicho la narradora rumana. Con esa rotundidad y con un pensamiento a favor de la libertad del individuo planetario, Herta Müller no ha sido una voz complaciente para algunos círculos.

   Una vez enterado de su designación, escribí un correo electrónico al poeta español Francisco Cenamor, quien gentilmente rastreó los libros y encontró dos de ellos en la librería Punto y Coma, en Leganés (Madrid). De esa manera, dichos ejemplares han de ser de los primeros en Costa Rica.

   Además, me di a la tarea de dar seguimiento informativo a través de Internet, lo que me llevó a contactar con el escritor Javier García-Galiano, especialista en literatura alemana, quien manifestó: “me resulta muy grato que una nota periodística mía le sirva a un lector para descubrir una obra como la de Herta Müller, que a mí me sorprendió hace diez años, cuando el Goethe-Institut me invitó a presentarla en una lectura que sostuvo aquí, en la Ciudad de México”.


   La lectura que he realizado a dos de sus obras, a saber: En tierras bajas (1990) y El hombre es un gran faisán en el mundo (1992), editadas por Ediciones Siruela, Madrid, 2007, traducción de Juan José del Solar, deja ver a una narradora con una propuesta de discurso, donde interesa lo inclusivo, la justicia. Sus 65 textos significan una toma de conciencia con los sufrimientos del ser humano.

   Sus ejes temáticos reflejan la desolación, la dureza del desarraigo y los desplazamientos y la denuncia “Un soldado ve a la lechuza joven entre la maleza. Apoya el fusil en la hierba. Se levanta. La bala parte. Y da en el blanco. El muerto es el hijo del sastre. El muerto es Dietmar” (p. 102).

   En la obra de Herta Müller, Windisch es el personaje que activa su discurso, porque “desde que se propuso emigrar ve el final en todos los rincones del pueblo” (p.14). Sus textos muestran oraciones breves, predominio de narraciones omniscientes y estilo indirecto. Igualmente, gusta del cuadro descriptivo como eslabones puntuales para conformar relatos, donde se incluye, con gran propiedad, los planos de lo cotidiano necesario.

   La narrativa de Herta Müller incorpora a los segmentos sociales menos favorecidos: campesinos, peleteros, molineros, pastores, sastres, tractoristas, carniceros, ancianos, sepultureros, carpinteros. Todos ellos luchan contra las instancias de dominación política y económica. Esos planos disímiles se ven reflejados en su obra como un fresco de gran crudeza, donde se critica un estado en descomposición: sobornos, abusos, vejaciones, corrupción…

   A pesar de ello, la familia lucha por mantenerse unida, pero las condiciones sociales imperantes las van acorralando. En el mundo discursivo de la escritora rumana hay recurrencia a una estética del vacío, de hecho, esa palabra se menciona muchísimas veces, con un sentido de tristeza, pérdida y desolación: “Pronto estaréis libres de nosotros” (p.71). Además, narra el calvario kafkiano para obtener un pasaporte que les permita emigrar y todas las implicaciones de corrupción y agresiones como norma institucionalizada: “Es como si nunca hubiéramos vivido aquí” (p. 117).

   Se denuncia con frontalidad nostálgica una temática angustiosa para el ser humano: “Ya sé que las despedidas son dolorosas…Es como estar otra vez en la guerra… Uno parte y no sabe cómo ni cuándo ni si regresará” (p.112).


   El juego discursivo de la autora rumana no da margen a ambivalencias. Es frontal. Su crítica es fuerte, irónica, como puede leerse en En tierras bajas: “La cruz más grande es la cruz de los héroes. Es más alta que la capilla. En ella figuran los nombres de todos los héroes de todos los frentes y de todas las guerras, incluso los de todos los desaparecidos, que en el pueblo se llaman deportados” ( p.162).

   En este cosmos narrativo se observa la involución de los personajes, consecuencia directa de un orden represivo, violento e irónico. En El gallo ciego se ejemplifica las garras de los abusos contra la gente humilde y La gran casa denuncia los tentáculos del estado impersonal, que interviene a su antojo en la vida de los seres humanos.

   Sus relatos significan una apuesta fervorosa con la libertad integral del ser humano, se aborda la condición del extraño en su propio mundo, tal es el caso de los excluidos: “Nadie me mira. Todos no son más que espaldas y talones y lazos de delantal y puntas de pañuelos. Todos callan. Y aún hoy siguen callando, pero me excluyen” (p.145).

   La narradora galardonada denuncia la pérdida de los bienes materiales de la población: “Algunos campesinos dicen que después de la estatización, que en el pueblo se llama expropiación, no ha vuelto a haber una cosecha de verdad” (ETB, p.158). Sus abordajes no incluyen temas recurrentes en otros autores.

   La voz rumana de Müller es una apuesta contra la opresión. El ser humano debe ser más importante que cualquier ideología.

Lic. Miguel Fajardo Korea, Premio 'Omar Dango' de la Universidad Nacional de Costa Rica 2009

Poema del día: "Estás solo, sin Dios", de Juan José Domenchina (España, 1898-1959)

Estás solo, sin Dios. ¿Has entrevisto
lo que es un hombre solo? ¿Cabe tanta
soledad en un hombre? ¿No te espanta
sentir la vida a solas? Yo-que existo

a medias, porque Dios, visto y no visto,
no siempre está en mis ojos, y, en su santa
noche, la sombra que yo soy no canta-
ya la vida de veras he previsto.

Tras tanta muerte engañadora, asisto
en el amanecer, que se levanta
antes que el el sol, a mi existir, y existo,

porque Dios, que se enciende, pone tanta
verdad en mí, que resucita Cristo
como un raudal de luz en mi garganta.

Juan José Domenchina, incluido en Dios en la poesía actual (Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1970, ed. de Ernestina de Champourcin).

Otros poemas de Juan José Domenchina
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lunes, 9 de noviembre de 2009

Poema del día: "Noche oscura 8", de Ernestina de Champourcin (España, 1905-1999)

Ya no podré ser tuya en primavera
cuando la luz sonríe en las miradas,
cuando tienen las manos al unirse
calor de rosa que se entrega al día.

Ya no podré ser tuya en el desvelo
del mundo estremecido que renace.
Mi voz de sombra nublaría siempre
el canto limpio de la tierra núbil.

No te acerques ni busques mi silencio
con tus labios de sol resucitado,
no debes compartir la Pascua triste
que sólo tus caricias transfiguran.

Ya no podré ser tuya en primavera...
mas mi huerto florece en tus umbrales.
¡Que sus ramos de nieve enfebrecida
conozcan la dulzura de tus plantas!

Ernestina de Champourcin en Cántico inútil (1936), incluido en Cántico inútil (et al) (Centro Cultural de la Generación del 27, Málaga, 1997, ed. de Milagros Arizmendi).

Otros poemas de Ernestina de Champourcin y artículos sobre su obra
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domingo, 8 de noviembre de 2009

Poema del día: "La muerte y el pegamento blanco", de Charles Bukowski (Estados Unidos, 1920-1994)

aquí las diminutas criaturas estivales revolotean
por todas partes ahora mismo y
no tengo nada que
fumar

ahora mismo
por todas partes
revolotean diminutas criaturas estivales.
por lo general les echo humo, a ellas
y a la bombilla
y contemplo los bucles de humo en el aire
y a veces pienso en cosas
como
la muerte y el pegamento blanco.
las criaturas estivales pican por la noche
cuando duermo
y por la mañana tengo bultitos en el
cuerpo
que me encanta
rascarme.

mi amor está en el piso de arriba viendo una comedia en
la tele,
aquí abajo bebo vino
Liebfraumilch
y mi amor lo considera una
traición a nuestro amor, pero
tú y yo sabemos lo que es una auténtica traición
al amor.

mientras tanto
aplasto alguna que otra diminuta criatura estival
alguna que otra encuentra el pegamento blanco
pero dejo unas cuantas
para poder rascarme por la
mañana.

qué raras son las criaturas estivales
tengo la sensación de que me conocen:
una cae en mi vaso de
Liebfraumilch,
la veo aletear y patear
y luego
me la bebo.

espero que la comedia sea buena
en el piso de arriba. Yo ya me he montado mi propio espectáculo aquí
abajo.

Charles Bukowski en Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta (Visor Libros, Madrid, 2005, trad. de Eduardo Iriarte).

Otros poemas de Charles Bukowski
Así que quieres ser escritor, ¿eh?La caseraLa muertes y el pegamento blancoLos púgiles mejicanos¿Qué voy a hacer?

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sábado, 7 de noviembre de 2009

Poema del día: "Utopías", de Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009)

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor

ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos

cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía

Mario Benedetti, incluido en El amor, las mujeres y la vida. Poemas de amor (Visor Libros, Madrid, 1997).

Otros poemas de Mario Benedetti
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viernes, 6 de noviembre de 2009

Repaso semanal a los blogs y webs más interesantes

Andanzas de un náufrago nos llega desde Alicante (España), está indexado y tiene lista de etiquetas. En ella veremos que el tema principal del mismo es el relato, en concreto los que su autor escribe. En su columna lateral encontraremos muchos enlaces literarios de interés.

Los papeles de Claudia es un blog poemario editado desde Madrid por Marisa de la Peña, profesora de Lengua y Literatura y poeta. No necesita de etiquetas, al ser poemas podemos ir leyéndolos tranquilamente. En su columna lateral, también, muchos amigos y amigas.

Graciana Petrone nos llega con su blog desde la misma zona de Argentina. Por sus etiquetas veréis que no tiene aún demasiados contenidos. Bueno, poco a poco, lo importante es la calidad, y las entradas de este blog la tienen, a medias entre la literatura y el periodismo.

Lugar de encuentro, a pesar de constar a nombre de María José Moreno, parece ser un blog colectivo en torno a una pasión común: la literatura. Está etiquetado y es fácilmente accesible porque, de momento, no tiene demasiadas entradas. Está bastante bien etiquetado.

Poema del día: "Último movimiento", de María Victoria Atencia (España, 1931)

Mi visitante y huésped preferido
perdido por la sala, mientras
la piel se me declara transparente y absorbe
hasta la última nota, que en otro tiempo supe
ejecutar. En el rincón
un animal se ovilla. El cristal está a punto de quebrarse.

María Victoria Atencia en El hueco (Tusquets Editores, Barcelona, 2002).

Otros poemas de María Victoria Atencia
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jueves, 5 de noviembre de 2009

Literatura en Youtube: La esfera de los libros. Poeta y poesía

La esfera de los libros

Poeta y poesía

Poema del día: "Vieja estación", de Ángel Manuel Gómez Espada (España, 1972)

Tus últimos besos, ¿qué hago con ellos? ¿Se esconden para preservarlos del polvo, del moho y del paso del tiempo? Dime, ¿dónde los pongo?

Con el vértigo que puede ofrecer
el vaivén de los raíles, la visión de la nada,
hemos abandonado la estación en la que trabajó
mi padre durante mi primera infancia.
Estaba lejos de casa y fuera del pueblo,
en mitad de un páramo sin dueño. Las horas
caían con la misma parsimonia
que los trenes o los viajeros pasaban.
Imagino a mi padre leyendo
en esas feas noches de invierno,
lo veo echándonos de menos,
lamentando no poder venir para arroparnos,
ponernos el pijama, calentarnos la leche.
En ocasiones,
muchas menos de las que me hubiera gustado,
cogíamos el tren para visitarlo.
De aquello quedan recuerdos vagos:
un perro negro con un collar de pulgas,
mis primas corriendo por el andén,
un banco siempre verde al que ascendíamos
para tocar la campana hasta reventar,
el olor a paella y algún que otro tren
perdido de mercancías al que saludábamos
entusiasmados y contando sus vagones.
Luego regresábamos y él seguía su rutina.

De aquellos días lo que más lamento
fue no haberle dicho nunca lo mucho
que lo quiero. Y ahora apenas me quedan
fuerzas. La vida ha ido edificando un muro
de silencios inciertos entre nosotros.

La vieja estación también se ha muerto.
Nada queda en ella sino silencio.
La primavera comienza a avisarnos
con sus trinos de su pronta venida.
Él estará, sin duda, esperándome en el andén.

Nos daremos un par de besos
y en pocas palabras, le resumiré mi viaje
mientras llegamos a casa. Después,
comeremos, y todo seguirá su curso natural.

Ángel Manuel Gómez Espada, incluido en Antología del beso. Poesía última española (Mitad doble Ediciones, Málaga, 2009).

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Artículo de Harold Alvarado Tenorio sobre el poeta colombiano Antonio Llanos (1905-1978)

En diciembre de mil novecientos setenta y ocho falleció en Cali Antonio Llanos. Tenía setenta y tres años, cuarenta de los cuales vivió entre el dolor y la locura. En los años cincuentas había comenzado a padecer una enfermedad que le impedía estar de pie; luego enfermó definitivamente de la razón, iniciando una héjira que comenzó en el hotel Alférez Real y terminó en el hospital San Isidro, luego de haber recorrido otras casas de salud y varios lugares de miseria. Así lo retrata un soneto de William Ospina: Adolfo lo vio un día en su trágico encierro, el cuerpo consumido, la razón fatigada, de los años radiantes un temblor, casi nada, una lumbre en los ojos tras las rejas de hierro. Sólo un anciano triste que hablando a solas iba por sórdidos pasillos de un hospital. Un viejo viendo morir sus rasgos en el brumoso espejo, musitando palabras: rebaños… preceptiva… Entre el horror y el tedio. El mundo parecía un pobre llano en ruinas con sótanos y puertas, y un destello del sol de las tardes desiertas dorando silencioso la jeringa vacía. Ni un lirio en las pupilas como postrer consuelo para el que vio en el mundo su irrepetible cielo. Con él fallecía el hombre que un refinado grupo de vallecaucanos consideraba su poeta; con él desapareció la atormentada figura que habiendo logrado equilibrados poemas para cantar el paisaje de su tierra, tuvo que recluirse en una ciudad que odiaba y le llevó a la locura. Según Octavio Gamboa: “A los caleños de hoy es difícil explicarles cómo era su ciudad en 1930, cuando Llanos comenzó a publicar sus primeros versos y a hacer vida de poeta. Cali era una aldea de muros blancos y techos rojizos, tenía sólo cien mil habitantes mal contados y su centro cultural más importante era el colegio de Santa Librada. Llanos decía entonces que en Cali no había con quien conversar, y cargaba en el bolsillo un busto de Dante; se sentaba solo en un café, y ponía el busto del florentino al frente. Con él dialogaba sobre la vida, la muerte, el infierno, el purgatorio y el paraíso. Esta pequeña historia vale para ilustrar la oposición del poeta con el medio que le rodeaba, oposición acentuada por su conducta excéntrica, ya que él se creía un espíritu puro rodeado de traficantes y vendedores de especias. Esa oposición duró toda la vida, porque ya desde Baudelaire sabemos que las naciones producen grandes hombres muy a su pesar, como las familias. A cambio de la cicuta, nuestra sociedad le ofreció su equivalente moderno: el electrochoque.” Nacido en mil novecientos cinco, hizo estudios en los colegios San Luis Gonzaga y Mayor del Rosario, y se dedicó al periodismo y la poesía, llegando a ser profesor de literatura y director de La Patria y Diario del Pacífico. En mil novecientos treinta creó Revista de Occidente y luego, junto a Eduardo Carranza y Jorge Rojas inventaron el Piedracielismo. Llanos viajó por Centroamérica y visitó Chile, Perú y Madrid, donde fue cónsul por algunos meses. Publicó cuatro libros: Temblor bajo los ángeles (1942), Casa paterna, La voz entre lágrimas y Rosa secreta (1950). Una de las causas que ha impedido a la poesía de Llanos ser difundida es la clasificación de mística que se le ha dado. Todavía en el setenta y cuatro, Andrés Holguín se aventura a destacarle como un poeta que "en sus cantos místicos se aproximó, mejor que Francisco Luis Bernárdez, a la órbita de Fray Luis de León y San Juan de la Cruz", cuando una lectura de su obra, especialmente la escrita en los períodos de lucidez, brinda un poeta que si bien está a la búsqueda de Dios no deja de nombrar el dolor y la soledad como parte del paisaje que le absorbe: el Valle del Cauca. Una explicación a este equívoco puede ser esta: Llanos no sólo fue a la locura de manos del misticismo, sino que sus beatos amigos, después de explotar inmisericordemente la tierra y los hombres, escribían, como Garrido y Carvajal, cantos donde celebraban la continuidad del catolicismo en el Nuevo Mundo, al tanto que acumulaban indulgencias para ganar el paraíso. Según José Gers: “En la parte alta del barrio Santa Mónica se construyó un templo monumental a Nuestra Señora de Fátima. Autor de la iniciativa fue Antonio Llanos, que enviaba a los periódicos gacetillas donde relataba los prodigios de la virgen, quien aliviaba toda clase de entuertos y el milagro se publicaba en cartas con firmas y favores inventados por el poeta. Personalmente yo recibí muchas de ellas”. “El principado poético de Antonio Llanos, en Colombia", -según Silvio Villegas citado por Miguel Camacho Perea-, "es todos los días menos discutible. De él puede decirse, sin exageración, que está operando en nuestra lengua la resurrección de la pura poesía cristiana que lleva tantos siglos de decadencia. Hemos tenido poetas místicos, pero no cristianos. En los versos del excelso caleño resuenan los ecos de las hondas lamentaciones latinas que produjeron en la Edad Media el Dies Irae y el Stabat Mater donde cristalizó el dolor de las almas temblorosas y adorantes…” Llanos no tuvo otra alternativa: para sobrevivir su poesía debía ser mística. Llanos ha sido, desde los años del Piedracielismo, víctima del silencio de los herederos de una ideología que celebró en sus peores poemas, al tiempo que un ignorado de los lectores de poesía, que habrían podido rescatar, lo mejor de su obra. La lectura que propongo quizá logre mostrarnos, en medio del fino hilo que distingue lo religioso de lo místico, y éstos, de una concepción pastoril del mundo, con un Valle del Cauca de comienzos de siglo como telón de fondo, otro Antonio Llanos. El Valle del Cauca que él celebra no es otro que el de María, el sueño de Isaacs, si el lector quiere leer en el símil. Llanos usa un tono modernista para dejar en el poema unas acuarelas, que a pesar de su belleza, están tiznadas de dolor. No es él un poeta festivo como el primer Carranza, o un poeta agradecido, como Arturo, sino uno que más allá del aparente cántico, ofrece melodías de persistente tristeza y depurado dolor. La aparente serenidad que hay en sus poemas es una postura que delata sufrimiento. Llanos creó en sus primeros poemas, publicados antes de mil novecientos treinta y cinco, un paisaje interior más que un retrato del mundo. Lo que le permite agregar al paisaje real los deseos: un mundo exterior construido a su imagen y semejanza. Los títulos que dio a sus poemas son índice de esa torsión del mundo y conducen al lector hacia una huida del presente que es literatura, recuerdo de algo olvidado: Soneto eglógico Nada que turbe el casto sosiego de la hora. La brisa de la noche el tierno campo mueve. Ella cerca de mí. Sobre el seno de nieve La lumbre de la vida abre su blanca aurora. El verde campanario de la palma decora mi paisaje al momento del crepúsculo leve. Toda la miel del mundo en el pan dulce y breve y bajo el techo amigo la sombra acogedora. No decimos palabras para oír las del ave. El columpio del sueño que al espacio se lanza. mecido por la música de su canto es más suave. A veces nos unimos con ternura del brazo, o si el azul enciende su primera esperanza mi voz como la tarde se apaga en su regazo. Hay en los poemas de Llanos una constante: el mundo exterior es hermoso porque no sufre como el hombre, y sus mejores poemas quizá sean aquellos que como en algunos de Silva, el recuerdo busca un lugar donde la vida puede ser feliz. Esos textos dejan un amargo en la boca: la felicidad ha sido el lugar de las desdichas. Al lado de los mejores lugares de la casa, de los sitios memorables, la madre llora repasando su infancia. Este célebre poema es comparable, por el tono y el asunto, a los de Arturo, que por la época redactaba cercanas melodías: Casa paterna Tibia casa encalada donde mi padre un día me habló de las estrellas con acento de música, y se quedó mirando las montañas azules que sostienen los cielos en sus anchas columnas. Casa donde escribí mis primeras canciones a la niña visible entre el alma y la bruma. En tus muros colgaban los pájaros su nido. De lejos parecías una dorada cúpula. En los primeros versos que hablaban de las rosas, del agua y de las nubes mi voz era más pura. La doncella miraba hacia un jardín remoto donde las mariposas y los niños se cruzan. Casa de oro marfil donde lloró mi madre repasando su infancia hundida en la dulzura. En puntillas de noche llegaba hasta mi sueño y para oír su voz se callaba la lluvia. Yo cerca de su pecho pregunto por el niño. ¡Su tierno corazón tiene un rumor de cuna! La tarde pasa en ella como un cielo de arroyo en que los ojos ven las estrellas desnudas... Hay casas que mantienen la sombra de los árboles y cuando nace un niño los luceros las buscan. El vuelo de los años las carga de silencio y dulcemente el aire aprieta su cintura. Te construyó mi padre con trabajo amoroso. Rodembadh, el cantor de las casas oscuras, dijera su elegía a la pobre escalera por la que dulces míos bajaron por vez última. Mirándote en el ángelus cubierta de palomas el alma ingenuamente sale al campo segura, como un niño que lleva un pájaro en la mano y llena cuando pasa el aire de hermosura. Ha calado mis huesos un temprano rocío y ya mi corazón con el llanto se alumbra. ¡Si en el silencio cabe la miel de esta mirada recógeme en tus brazos en la tarde profunda! Llanos escribió también delgados poemas sobre el sentimiento amoroso y su pérdida. Como se sabe, era homosexual, su mayor pecado en una sociedad de patriarcas y damas encerradas tras las verjas de la hacienda. El dolor de las separaciones que depara el comercio homosexual lo fue escribiendo lentamente en textos que cubren de nubes, árboles y ríos el mundo de la pasión. La necesidad de esconder al amante, hasta en el poema, de ocultar su cuerpo sobre el lecho, le llevó a Juan de la Cruz, con resultados muchas veces nefastos. Sin embargo, la carne deja huellas en varios poemas: Si no fuera por ti Si no fuera por ti, las cosas no tendrían esa vaga ternura, esa luz de penumbra. Si no fuera por ti, esta melancolía de soñar y llorar no fuera la dulzura. Si no fuera por tí, ¡oh muerte!, cuántas cosas inadvertidas fueran. Otorga tu silencio soledad a las rosas. Por ti los ojos míos en el lucero esperan. Si no fuera por ti, qué triviales serían el amor y las manos que se unen, amor; y qué triste también el sol de cada día si en la tarde no hubiera muriente resplandor. Si no fuera por ti, el amor no tendría tanta dulce ternura, tan firme retener de las cosas que amamos: nube, flor, poesía ¡y este divino atardecer! Raro destino el de estos poetas que anuncia­ron Piedra y Cielo. Arturo, como Llanos, gozó de prestigio en los años cuarentas, y vieron opacar su estrella durante la Dictadura y el Frente Nacio­nal. Ellos, que habían cantado la belleza que ama­ban los poderosos de entonces, conocieron el ol­vido o la locura en sus años de madurez. Harold Alvarado Tenorio, director de la revista colombiana de poesía Arquitrave Bibliografía de y sobre Antonio Llanos: Antonio Llanos (selección y prólogo de Harold Alvarado Tenorio, Ediciones Museo Rayo, Roldanillo, 1987). Agustín Rodriguez Garavito: 'Antonio Llanos', en Boletín Cultural y Bibliográfico, nº 2, Bogotá, 1979; 'La poesía de Antonio Llanos', en Boletín Cultural y Bibliográfico, nº 1, Bogotá, 1983; Alberto Durán Laserna: 'Antonio Llanos', en Cuadernillos de Poesía Colombiana, Ediciones de la revista Universidad Católica Bolivariana, nº 5, Medellín; Alvaro Bonilla Aragon: 'La evolución poética de Antonio Llanos', en Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, nº 393, Bogotá, noviembre de 1945; Andrés Holguín: 'Antonio Llanos', en Antología critica de la poesía colombiana, Bogotá, 1974; Helcías Martán Góngora: 'Los poetas del Valle', en Boletín Cultural y Bibliográfico, nº 10, Bogotá, 1963; José Gers: 'Antonio Llanos, neurótico y ciclotímico', en El País, Cali, diciembre 18, 1978; Mario Carvajal: 'Poetas Vallecaucanos', en Sábado, nº 71, Bogotá, noviembre de 1944; 'De Jorge Isaacs a Antonio Llanos', en El Valle en la Unión, nº 12, Cali, marzo de 1963; Miguel Camacho Perea: 'Duelo por la muerte del poeta Antonio Llanos', en El Pueblo, Cali, diciembre 17, 1978; Octavio Gamboa: 'Antonio Llanos o el heroísmo de la poesía', en El Pueblo, Cali, diciembre 17, 1978; Sábado: 'Tres poetas del Valle', nº 427, Bogotá, enero de 1952.

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