sábado, 2 de noviembre de 2024

Poema del día: "La visita del maniquí*", de Delia Quiñónez (Guatemala, 1946)


                       "La verosimilitud no tiene ya ninguna
                        importancia." . G. Apollinaire

No es sólo soledad.
En el breve espacio
de dos seres atormentados
junto a su interna tempestad
deambulan ecos imposibles, voces heladas,
cerrazón interior...

(UN DÍA,
BAJO LA BRILLANTE CALIDEZ DEL FIRMAMENTO,
OBSERVAMOS EL CÁLIZ DE UNA FLOR;
ABATIMOS EL ALMA O LOS PÁRPADOS
JUNTO AL ALETEO DE UN PÁJARO FUGAZ.
Y LA NATURALEZA PENETRA EN NUESTROS POROS,
NOS INVADE DE SU PROPIO MISTERIO:
PARECE RECORRERNOS CON DIMINUTOS PIES DE FUEGO.
SIN EMBARGO, PUEDE MÁS EL MENSAJE
DE LOS CLÁXONES HISTÉRICOS
LA POLUCIÓN QUE HACE A UN LADO
EL PERFUME DE LA ROPA RECIÉN LAVADA
O EL HORMIGUEO DE LAS ABEJAS PLENILUNARIAS.
NUESTRA TRAGEDIA ES MÁS FUERTE
QUE EL TEMBLOR DEL ROCÍO
MÁS AUDAZ QUE LAS ESTRELLAS
MENOS FRÁGIL QUE EL AMOR
CUANDO QUIEBRA SUS ARISTAS
Y TRASMUTA SU LUZ EN CEGUEDAD SIN SUEÑO).

Dos hombres abatidos intercambian rencores.
Su esperanza se nutre de años-luz:
inalcanzable,
sin medición posible
en esa angustia sin límites
donde ya no caben los cuentos de hadas,
la fantasía sensual
o el ritmo acomodante de las palabras gastadas.

Hoy los visita el Maniquí.
Su fría certidumbre
hace temblar las lágrimas
y el tuétano de sus huesos.
Modernos Ulises
escuchan los cantos de sirena.
El Maniquí llamea.
Es fuego, helado fuego
sobre sus corazones inermes.
Y caerán abatidos.
La enajenación devora
la breve chispa de luz de sus ojos dormidos.
El Maniquí es cruel. Terrible.
Blasfema y los hará blasfemos.
Es ciego y borrará
la forma y el color de sus pupilas.
No más canto ni dulzura
de la voz al oído del vecino.
No al amor. Al nervio
que sostiene la intrincada
ramazón del espíritu.
El Maniquí vencerá porque su mensaje
es la voz de los cláxones histéricos,
porque la polución es el perfume del sistema.
El Maniquí vencerá
porque hoy en día,
ni siquiera la brevedad del crepúsculo
es capaz de conmovernos...

(UN DÍA,
LA ABEJA CIEGA DE LUZ
ANTE EL COLOR DEL IRIS,
VOLVERÁ LA ESPALDA AL MANIQUÍ:
NOSOTROS NO TENDREMOS FUERZA
NI ALIENTO PARA ELLO,
A MENOS QUE UN MILAGRO
DETENGA LA EXACTITUD DE LOS RELOJES).

* (A propósito de la obra teatral de igual nombre, del artista guatemalteco Abel Lam. Nov. 1978).

Delia Quiñónez en Otros poemas (1982), incluido en Poetisas desmitificadoras guatemaltecas (Tipografía nacional, Guatemala, 1984, ed. de Luz Méndez de la Vega).

Otros poemas de Delia Quiñónez


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viernes, 1 de noviembre de 2024

Poema del día: "Otoño", de Claribel Alegría (Nicaragua, 1924-2018)


Has entrado al otoño
me dijiste
y me sentí temblar
hoja encendida
que se aferra a su tallo
que se obstina
que es párpado amarillo
y luz de vela
danza de vida
y muerte
claridad suspendida
en el eterno instante
del presente.

Claribel Alegría, incluido en Poetas latinoamericanas. Antología crítica  (Escuela de Estudios LiterariosUniversidad del Valle, Colombia, 2009, selec. de Carmiña Navia Velasco).

Otros poemas de Claribel Alegría


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jueves, 31 de octubre de 2024

Poema del día: "Malabar 4", de Susana Arévalo (Argentina, 1952)


A la deriva del lenguaje.
Atrapada en mí misma
como si caminara alrededor de un íncubo
como si mi destino no fuera el tuyo
Dédalo: piélago
              ápice
              espejismo.
Guiada por el rumor de la sangre
a tientas
entre glorietas y cenotafios.
Sin relieve
sin sujeto
sin aliento.
Me abrí paso en el mapa del dédalo
en la abrupta geografía de la ficción
en la mazmorra de mi temperamento.
No es poesía lo que aquí se busca
sino lo arcano
el dédalo después de la tormenta
el mascarón de proa
el desdoblado boceto del infierno.
Del comercio con los ángeles
me viene este escozor en los genitales.
La máscara interroga al rostro.
No es poesía lo que aquí se busca sino la busca.
No es poesía lo que aquí se busca es un oráculo.
No es poesía
lo que aquí se busca es un atajo.
Dédalo es mi autobiografía.
Del Pop al Zen
clamo por "la degollación de los epítetos".
Por la regurgitación.
Por el esplendor de la carne.
Por lo que hay en mí de perdurable, Amén.
Al comercio entre lo Moderno y Post
y a sensibilidad tan aviesa
debo tu atribulada geometría.
Ábrete
          entre resuellos y soflamas
                                                   Sésamo.
El pecho escaldado por el romanticismo,
apuraré de un sorbo esta agonía breve.
Moderna Musa de la Inclemencia:
yo te revelaré, yo te escanciaré
un veneno más dulce que tus ascuas.
Los prismáticos apuntan al Apocalipsis.
Mi voto es la indigencia.
Después de la orgía
Después de la pureza
Después de la utopía
Después del después.
Sigilo e indolencia son mis votos.
Galimatías del Verbo.
Coros del Hazmerreír.
Un tubo de píldoras jamás abolirá el azar.
No hay sarcasmo.
El azar azar abolirá.
Si lo he soñado todo.
La carne es triste y ya vi todas las películas.
La dicha es ciega y yo estoy hecha de ojos.

Susana Arévalo en Dédalo (1999), incluido en Poetas argentinas (1940-1960) (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2006, ed. de Irene Gruss).

Otros poemas de Susana Arévalo
Bajorrelieves (II)


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miércoles, 30 de octubre de 2024

Poema del día: "Plusvalía", de Miguel Labordeta (España, 1921-1969)


                                           en el inodoro
las especulaciones
                                           del ríete oh anciano vete
                  enésima agonía
                     viviente mendas usado
                               bailad bailad hacia adentro
                                           antes de desaparecer
                                                         en el umbral del paraíso

          cunde vibrofetal universo
            los soldados muertos en la criba
             crisálida tiniebla
                        en ladridos de cosmonauta
                           que reza en el vacío las matemáticas del fuego
                                        o el hocico ese hombre feliz

                              apoquiñando nefasto su tristeza
                                  su nutritivo suicidio
                                           del odio corporal los pequeños alimentos
                                               remotos animales caramba una balada

               fastídiate por haber nacido
                 gratis
                   relámpago
                    adiós

Miguel Labordeta, incluido en Poesía surrealista en español (Éditions de la Sirène, París, 2002, ed. de Ángel Pariente).

martes, 29 de octubre de 2024

Poema del día: "Salúdame a Mireya", de José Adán Castelar (Honduras, 1941-2017)


A esta hora la cena estará en las manos de tu hija Judith
y la voz de tu padre estremecerá la debilidad de la madera
y el pequeño corazón de tu nieto Boris.

El mar como siempre batirá palmas.

El aire enredado entre tanta casa de barrio superpoblado
no sabrá qué hacer.
Sonará peligrosamente en el zinc,
arrancará las hojas de los arbustos (los árboles son ahora paredes,
techos, portones, recuerdos)
y tirará a los ojos que miren de frente el polvo y la arena ardiendo.

En el presidio, en una estación de radio, el folclor mexicano revienta los oídos.
En el muelle habrá un barco que zarpará a las 4 del alba.
En un salón de moda, la música moderna, un largo olor a carne asada
y un grito.
En una ventana, la luna y dos enamorados.
Y tú, recién llegada de tu labor, estarás cansada, con sueño, aburrida
del mucho trabajo, de los enfermos de siempre y seguramente de mí.

A esta hora la voz de tu padre llega hasta mi casa,
saluda, cuenta de un pasado infatigable donde sólo él es el héroe,
el triunfador,
habla de ti como de una mujer que se quedó chiquita,
en la edad del acné o menos, rabiando, protestando por todo,
quebrándole la cabeza, la hora de la siesta, los platos.
Me toca el viejo con su fuerza de malas palabras, llamabas
así, se despide, adiós.

También llegan hasta mí, se abren campo en mi pecho,
la amabilidad de tus hijos, tu espera y tu amistad que me rodean
como abrazos, en paz, y mi corazón sonríe de oreja a oreja, salta
de contento, tira la casa por la ventana.

Entonces, a lo largo y ancho de este cuarto, de esta página,
nacen estas palabras que naturalmente son tuyas,
ese ruidito de hombre agradecido que te saluda
quitándose el sombrero, sonándose
bajito,
          tu poetita con hambre,
          tu fiel camarada.

José Adán Castelar, incluido en Poesía contemporánea de Centroamérica (Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, selec. de Roberto Armijo y Rigoberto Paredes).

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lunes, 28 de octubre de 2024

Poema del día: "Czernowitz", de Rose Ausländer (Alemania, 1901-1988)


Ciudad estampada
             en la verde crinolina
El auténtico vocabulario
             del mirlo

El pez carpa espejo
marinado con pimienta
guardó silencio en cinco lenguas

La gitana
leyó nuestro destino
en las cartas

Negro-amarillo
Los niños de la monarquía
soñaron con cultura alemana

Leyendas del fantasma de Baal
De Sadagora: los milagros

Después del ajedrez de banderas rojas
cambian los colores

La Valaquia despierta –
se vuelve a dormir
Una bota de siete leguas
al pie de su cama –
                          huye

En el gueto Dios
ha abdicado

Otra vez el juego de banderas
El martillo parte
             la fuga en dos
La hoz siega
             la hora para el heno

Rose Ausländer, incluido en Revista Poesía (Venezuela, julio de 2023, trad. de Geraldine Gutiérrez-Wienken).

Otros poemas de Rose Ausländer


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domingo, 27 de octubre de 2024

Poema del día: "Verde eléctrico...", de Daniel Mårs (Suecia, 1986)


verde eléctrico

rosa ardiente

me he casado mil veces
cada uno de quienes a los que he amado
ha sido mi marido

juntos hemos flotado por el lago
les he mostrado una foto de París

allí se confeccionan trajes
los tenores caminan sobre la cuerda
fuera del camerino

en algún lugar también debe de haber una foto de mi mano
bajo la imagen está escrito:
mi mano

¿de verdad será posible?

París

mi mano

Daniel Mårs en Verde eléctrico (2022), incluido en Periódico de poesía (25 de julio de 2022, UNAM, México, versiones de Petronella Zetterlund).

Otros poemas de Daniel Mårs


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