La mañana de invierno. No saber,
despertar al dolor de mi cuerpo inflamado,
vestirme apenas y salir al hielo.
Ver un hilo de fuego,
seguirlo en su llamada y en su errancia,
su rastro iluminado que rodea la casa
y a ella regresa, entrarme, no saber,
cerrar la puerta atrás y ver las llamas
a través del pasillo, hasta la cama ardida.
Goretti Ramírez en La llamada (Editorial La playa del ojo, Santa Cruz de Tenerife, 2004).
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