Han pasado lo ejércitos
al lado de mi árbol invisible.
El de los sueños,
el que me cobijaba
en la párvula cama.
Tampoco me vieron esta vez
trepada en la copa de la higuera,
protegida en el almíbar de su fruto.
Han pasado y de lejos noté
la fusta implacable en la grupa de las bestias,
los jinetes enardecidos,
las piedras rotas en la cañada.
He mordido su polvo
y nadie notó nada.
Tengo la boca llena de sal.
Muchos fueron citados
al milagro del agua,
y sólo aquí
quedó la sed.
Cecilia Quílez Lucas en Un mal ácido (Ediciones Torremozas, Madrid, 2006).
Otros poemas de Cecilia Quílez y artículos sobre su obra
La sed, Urbanitas
*Artículo de Luis Luna sobre el libro de Cecilia Quílez El cuarto día
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Muy buena elección Francisco,has elegido uno de los poemas más incisivos de Cecilia, aunque, como habrás podido comprobar, el resto del libro está al mismo nivel. Merece mucho la pena leer Un mal ácido y seguirle la pista a Cecilia, que pronto publicará El cuarto día en Calambur.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta pronto.
Beatriz Russo
Sinceramente, el poemario me parece irregular, pero hay poemas muy buenos, en mi criterio, y no pocos, sobre todo en la última parte. A ti tendré que leerte en otro poemario porque sacar un trozo del que he leído, como que no, jajaja, es para leerlo entero.
ResponderEliminarEs cierto, es que tengo un rollo....
ResponderEliminarjajajja
Creo que Luis tiene otro poemario tuyo, el de Sial,a ver si se lo pido. Yo estoy publicando aquí los primeros poemas que escribí y que eliminé de mi primer libro y me da hasta vergüenza publicarlos, son penosos, de aficionado, jajaja, pero la poesía es un proceso y en mi caso ese proceso es quizá lo más importante.
ResponderEliminarSí, Luis tiene En la salud y en la enfermedad. Como muy bien dices, puede ser interesante ver el proceso y te vas a quedar en blanco con el mío porque el cambio es radical. De hecho, ahora estoy en otro proceso que quizás no tenga nada que ver con lo que acabo de publicar. Me la estoy jugando, La prisión delicada me ha dejado sin aliento y embobada. Ahora mismo estoy como una niña que mira un escaparate después de una carrerilla.
ResponderEliminarNo tengo ni idea de hacia dónde voy, pero sigo, me da miedo Eurídice.
Te leeré con calma, incluso tus inicios (ya lejanos). Todo es muy importante y todos los poetas deberían guardar sus papeles arrugados para ver cómo empezaron, así quizás se comprendiera mejor a quienes escriben su primer verso.
Me parece muy loable tu sinceridad. Ya sabes lo que anda suelto por ahí. Se agradece.
En realidad es exhibicionismo, jajaja, me encanta desnudarme en público.
ResponderEliminarNo, en serio, mucha de la gente que me sigue es aficionada a escribir poesía, pero desde fuera del "mundillo" poético, y espero que al ver mi proceso les sirva para madurar y que no se queden en la poesía de rima fácil y en técnicas decimonónicas.
Querido Francisco: Agradecerte el haber incluido en tu blog este poema perteneciente a mi libro Un mal ácido (decirte también que es uno de los que más querencia tengo). A todos los que les guste seguir las críticas sobre lo publicado -en mi caso, aún con más motivo por lo positivas que han sido- confirmar que, efectivamente, el libro ha sido calificado como intermitente en su lectura, o como tú bien dices, irregular, justamente porque sus versos siguen un proceso de altibajos emocionales para concluir al final de éste de manera conciliadora. Un título así, doloroso y visceral, no podía negar ser de otra forma.
ResponderEliminarCelebro que te agrade su descubrimento, al igual que me alegra el haber encontrado el espacio que con tanto cariño cultivas. No puedo por menos que felicitarte por tu trabajo y alabar tu valentía por mostrarnos tus versos "resucitados" -todos merecemos una segunda oportunidad-. Saludos y poesía, siempre.
Cecilia Quílez.
Es nuestro proceso nuestra poesía. Hay quien solo publica "la perfección", pero tal vez entonces no seríamos tan humanos.
ResponderEliminarLeo mucha poesía actual, y, sin ser un especialista, la mayoría no me gusta, me resulta banal. Por eso agradezco poemas como los tuyos.