miércoles, 31 de enero de 2018

Poema del día: "Despertar en la diligencia", de Gérard de Nerval (Francia, 1808-1855)

Os digo lo que vi: por mi ruta, el follaje
cual hueste en retirada confusamente huía;
y a mis pies, agitado por el viento que hacía,
piedra y barro, rolaba el suelo su oleaje.

Campanarios guiando por las verdes praderas
sus pueblos de casitas de cal, con sus tejados
de tejas, que trotaban cual rebaños marcados
en rojo por el lomo de sus blancas corderas.

Ebrios se estremecían los cerros: el torrente
como boa tendida por toda la angostura
se lanzaba, intentando ceñirles su cintura...
—Y yo me vi en la estación, despierto, de repente.

Gérard de Nerval, incluido en Antología de la poesía romántica francesa (Ediciones Cátedra, Madrid, 2000, ed. de Rosa de Diego, trad. de Pilar Andrade).

Otros poemas de Gérard de Nerval
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martes, 30 de enero de 2018

Poema del día: "Bonanza", de Adam Mickiewicz (Polonia, 1798-1855)

                                                              A la altura del Tarkankut

Ya apenas roza el viento el lazo de la bandera,
el agua transparente respira con pechos silenciosos;
como una joven novia que sueña con la felicidad
se despertará para suspirar y dormirse de nuevo.

Las velas, como estandartes acabada la guerra,
dormitan en los mástiles desnudos; el barco,
con un leve movimiento, se mece como atado con cadenas.
Suspiró un marinero, un grupo de viajeros se rió.

¡Oh, mar! Hay entre tus alegres seres vivos
un pulpo que duerme en el fondo, cuando el cielo se nubla,
pero que agita sus largos brazos mientras reina la calma.

¡Oh, pensamiento! En tu profundidad reposa la hidra de los recuerdos,
que duerme entre destinos fatídicos y una tempestad violenta;
y, cuando el corazón está sereno, en él clava sus garras.

Adam Mickiewicz, incluido en Antología de la poesía polaca desde sus orígenes hasta la Primera Guerra Mundial (Editorial Gredos, Madrid, 2006, ed. y trad. de Fernando Presa González).

Otros poemas de Adam Mickiewicz
BonanzaEstepas de AkermánHilar amor...La muerte del TenienteRomanticismo

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lunes, 29 de enero de 2018

Poema del día: "Canción chippewa", anónimo (Estados Unidos, s.a.)

Yo creí que era un pato,
pero era el remo de mi amado en el agua.
Él se ha ido a Sault Ste. Marie,
mi amado se fue delante de mí,
nunca lo volveré a ver.
Yo creí que era un pato,
pero era el remo de mi amado en el agua.

Anónimo, incluido en Antología de la poesía norteamericana (Fundación editorial El perro y la rana, Venezuela, 2007, selec. de Ernesto Cardenal, trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal).

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domingo, 28 de enero de 2018

Poema del día: "Por tu mejilla resbalaba una lágrima...", de Takuboku Ishikawa (Japón, 1886-1912)

Por tu mejilla resbalaba una lágrima.
Sin secarla, me mostrabas un puñado de arena.
¡Imposible olvidarla!

Takuboku Ishikawa, incluido en Antología de la poesía moderna del Japón (1868-1945) (UNAM, México, 2010, selec. y trad. de Atsuko Tanabe).

Otros poemas de Ishikawa Takuboku
La arena se encoge al chupar mis lágrimas...

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sábado, 27 de enero de 2018

Poema del día: "Esquicio N° 2, suite en do mayor. I Prœludium", de León de Greiff (Colombia, 1895-1976)

He forjado mi nueva arquitectura
de vocablos (un día diré el secreto sibilinamente porque nadie
capte el sentido recóndito de su forma) clara, cerebral, pura.

Núbiles, ágiles danzarinas babilonias
y de Ecbatana, son — desde el trágico triángulo rizoso que es el lustral perfume de su rito—
arrítmica y rítmica ronda, el germen de la Arquitectura
todavía: la rítmica y ponderada; la turbulenta y la descabalada y la arrítmica;
por el total contacto de antítesis polares — ártica si cerébrea, antártica si pura—;
y allí se funden o se disgreguen, dormiten tácitas, o en el perenne grito
rompan las sordas orejas de la gansada innominable,
o rómpase el grito perenne contra el acantilado, ante lo sordo fatal e infinito,
así rómpase la excelsitud del homenaje frente a la inusitada Arquitectura
que forjó mi capricho mordicante, riente, metafísico, matemático, abstruso,
para callados regocijos e inebriantes placeres radiosos: de entraña tibia y pura,
de forma pura y tibia, tallada en jades y pórfidos y en obsidianas y granito
y corindón, y en cristales de ensueño y en sándalos y cedros de inefables aromas.
He forjado mi nueva arquitectura
de vocablos (un día diré el secreto, Sibilino, porque nadie
capte su índole recóndita) clara, cerebral, pura.

                                                                                                  Medellín, junio, 1928.

León de Greiff  en Libro de signos (1930), incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).

Otros poemas de León de Greiff
Esquicio N° 2, suite en do mayor (I Prœludium, II Scherzoo), Libro de signos (Uno. A), Nocturno N°4, en sí bemol

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viernes, 26 de enero de 2018

Poema del día: "La muerte de los antiguos", de Kostís Palamás (Grecia, 1859-1943)

"Están encerrados aquí, entre las tumbas.
Están ocultos entre los manuscritos.
-¡Que la creación no llore por ellos como si hubiesen muerto!-
¡Oh las fuentes diáfanas del Pensamiento,
los cielos clarísimos del Arte,
los Inmortales y los Hermosos!

Son los maestros de la Verdad,
los seguidores de la intacta Belleza,
ancianos, ilesos, completamente jóvenes
y soles que se te entregan para que goces
siempre de ellos en la frescura de un abril.
Los Inmortales y los Hermosos.

Desde las playas de Jonia
y desde el cielo de Atenas que todo
lo convierte en espíritu cuando respira,
y desde la tierra inmaculada de Grecia,
la Sabiduría, la Palabra, el Ritmo.
Los Inmortales y los Hermosos.

Son los Platón y, tras ellos,
los filósofos, héroes de la Idea,
y la Virtud con ellos va diciendo: "Soy la valentía".
Son los Horneros y, tras ellos,
todos los cantores y los creadores de los Olimpos.
¡Los Inmortales y los Hermosos!

Abandonan su última patria
impulsados por un soplo en verdad impetuoso.
Se convierten en gitanos y hebreos,
pero siempre son vencedores, aunque sin casas.
Y se convierten en ciudadanos del mundo,
los Inmortales y los Hermosos".

Kostís Palamás en El dodecálogo del gitano (1907), incluido en  Antología de la poesía griega. Desde el siglo XI hasta nuestros días  (Ediciones Clásicas, Madrid, 1997, ed. de José Antonio Moreno Jurado).

Otros poemas de Kostís Palamás
Aroma de rosaEl bosque y la celdaLa cañaLa muerte de los antiguos

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jueves, 25 de enero de 2018

Poema del día: "Reivindico lo inútil...", de Elena Trinidad Gómez (España, 1997)

Reivindico lo inútil,
seamos inútiles declarados
y orgullosos.

Batallemos campo a través
en el tablero del capital
con los versos por manos
medio rotas como escudo.

Recurramos una y otra vez
a la idea de que escribir no sirve,
no sirve para nada,
no sirve para nada más
que hacernos ver que vivimos
y morimos
y morimos muchas veces.
Que soñamos imperfecciones,
creamos teorías que nos niegan
y negamos.
Que vemos donde no la hay
raza, límite y frío.
Que componemos sonatas
a la nieve,
al aliento de la carne.

Tenemos que ser valientes
para defender a ultranza la
palabra,
cuando ya no quede
mejor memoria de los años
que lo manifiestamente inútil.

Elena Trinidad Gómez, incluido en El vuelo del flamenco (nº 1, junio de 2017, Asociación de Vecinos de Santa Lucía, Cartagena).

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miércoles, 24 de enero de 2018

Poema del día: "Fosa", de Roberto Cruz Arzabal (México, 1982)

Fosa, no fisura
en lo común -
coma de los pueblos, carcoma
de la losa, desierto de
lo comunal, lo roto de
los cuerpos en su desjuntura -

abrevadero de la carne, los flujos
financieros
                      de la llave
para abrir la llave de muerte basta
no la suma la indolencia sobre
los cuerpos dolientes - los que se quedan
doloridos los que vienen muñones
de su corte de
su terraplén, de sudor
de los matan ¿quién
mata? Tienen nombre todos tienen
nombre tienen espinillas, tienen
carne de cañón de la fisura, no
fosa de la carne, fosa

no de lo común del crimen-
cavar. Encriptar cuerpos
bajo llave de la aldaba de
las puertas municipales de
la fosa - el cuerpo es el
lenguaje postverbal
del cuerpo, su fragmento

su fronesis bajo tierra: fosa

no fisura en lo común,

Roberto Cruz Arzabal, incluido en Todo pende de una transparencia. Muestra de poesía mexicana reciente (Vallejo & Co., Internet, 2016, selec. de Iván Méndez González).

Otros poemas de Roberto Cruz Arzabal
La violencia del colorTríptico de la simetríaTu nombre, brújula que arde

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martes, 23 de enero de 2018

Poema del día: "Un neogánster se bate a duelo", de Enzia Verduchi (México, nacida en Italia, 1967)

Sin gota de whisky en la garganta,
el neogánster se observa heredero.
Él sabe que la circunstancia es un gancho
al estómago, un lance que vuelve el rostro
sobre el lado oscuro de la moneda.
La señal no es alguna fachada con neón,
la suerte no es el arma encasquillada
y dirigida al eco de los propios pasos.
Pero se expone al peligro en medio
de los vapores de un baño turco o
sentado en el mullido sillón de un barbero
con la navaja rozándole el cuello.

Enzia Verduchi, incluido en Tigre la sed. Antología de poesía mexicana contemporánea 1950-2005  (Ediciones Hiperión, Madrid, 2006, selecc. de Víctor Manuel MendolaMiguel Ángel Zapata  y Miguel Gomes).

Otros poemas de Enzia Verduchi
El clavadistaRadio en onda cortaUn neogánster se bate a duelo

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lunes, 22 de enero de 2018

Poema del día: "Tulipanes rojos", de Denise Levertov (Estados Unidos, nacida en Gran Bretaña, 1923-1997)

Tulipanes rojos
que viven en su muerte
abochornados de azul selvático

tulipanes
que se vuelven alas
oídos del viento
conejos con los ojos en blanco

viento del oeste
que sacude el vidrio flojo

pétalos que caen
con ese sonido que uno
atiende

Denise Levertov, incluido en Siete poetas norteamericanas contemporáneas (UNAM, México, 2008, selec. y trad. de Beth Miller).

Otros poemas de Denise Levertov
El dolor del matrimonioHora de dormirNuestros cuerposTulipanes rojos

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domingo, 21 de enero de 2018

Poema del día: "A Natasha", de Kim Chun-su (Corea del Sur, 1922-2004)

Natasha,
el crimen
es un escabeche
que se hace poniendo carne y sangre en sal.
El setenta por ciento es sal.
Petersburgo, como un poema de Baudelaire,
huele a sodio por todas partes.
Después de lanzarme a las ruedas de un coche de caballos,
yo también pude saberlo:
aún en el dolor de muelas hay placer.
¿Por qué Sonia, pese a que vendió su cuerpo,
se convirtió en un ángel?
Añorando la luz,
esperamos ahora la noche.
El príncipe Valkovski,
un holgazán que no hizo nada en esta vida.

Nota del blog: Natasha, Sonia y el príncipe Valkovski son personajes creados por Fiodor Dostoievski.

Kim Chun-su, incluido en Selección de poesía coreana moderna (s.l., s.a.).

Otros poemas de Kim Chun-su
A NatashaCon todo mi respeto a mi maestro StravoginPiedra

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sábado, 20 de enero de 2018

Poema del día: "Escenas. Continuidades 7", de Inger Christensen (Dinamarca, 1935-2009)

Hay tapices con escenas de guerra
a lo largo de toda la línea Maginot

pulcros empujes de la Armada Invencible
flotan por los mares mundiales

Mientras el Potemkin en la primera plana de Izvestia
encalla en un lago del océano pacífico

O estatuas: Iván el Terrible
sonríe al ver Harlem

de Gaulle entra a caballo en la plaza Wenceslao
a la cabeza de los ejércitos rojos

y grandes esculturas modernas: La Gran Muralla China
entre España y España

mientras Napoleón muere en Formosa

Inger Christensen en Eso (1969), incluido en Copenhague huele a París. Antología de poesía danesa contemporánea (Nórdica libros, Madrid, 2016, trad. de Daniel Sancosmed).

Otros poemas de Inger Christensen

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viernes, 19 de enero de 2018

Poema del día: "Megatherium not yet", de Willy McKey (Venezuela, 1980)

[FRAGMENTO ESPERANDO QUE SE PUDRAN LAS RAÍCES DEL PRIMER HEVEA BRASILENSIS]

Divina Poesía, / tú de la soledad habitadora, a consultar tus cantos enseñada /
con el silencio de la selva umbría, tiempo es que vuelvas ya a esa culta Europa
que tu nativa rustiquez desama.
Mientras, nosotros venceremos.
Haremos un secreto milenario de ese nuestro ocio de chicle:
haremos una bomba honda, rosada.
Masticaremos: así usaremos la boca en silencio
masquemos, masquemos, masquemos
como si en la intermitencia se nos fuera la vida
y venceremos
que el hedor a canela|tutti-frutti no permita
que la idea se nos salga vuelta idea
que ni siquiera entre un nuevo bocado: masquemos, mastiquemos, masticados.
Venceremos, venceremos, venceremos.
Treparemos hasta la insomne epifanía del mamón para decir,
decir (chupando), decir (encandilados), decir (en mamón macho):
Este es el aposento, / testigo de un dolor nunca explicado, del drama fugitivo
de un momento (y en un violento fin inesperado | lanzarnos de cara contra el suelo
porque ni el buen mamón nos ha escuchado)
mas venceremos.
Resolveremos la gran novela común:
daremos cuerpo a las ficciones acordadas
y sin miedo narraremos las noveletas de la patria, de la muerte
porque tenemos épica, señora
porque sabemos exportar ejércitos
y nos aseguramos de que en nuestros billetes
por fin sonrían un negrito, una niñita, un indiecito,
¡tamboré!
Perezosos gigantes
junto a otras especies en extinción.
Por eso, con suerte, venceremos.
Vuelva, d.p., a sus ciudades con canal para ciclistas
porque acá tenemos soberanía subterránea
chicle negro y pesado que mueve al autobús, al tanque y al ministro
venceremos.
Mil perezosos gigantes se han derretido debajo de mi casa desde el Pleistoceno.
Un millar de megaterios abrasados, hidrocarburos, combustibles,
una manada de megaterios vuelta chorro negro, Mene Grande.
Zumaque 1, venceremos.
Ya no habrá alocuciones, d.p., sino comunicados:
memoranda, notificación y último aviso.
No habrá tiempo para leer, usted perdone,
pero lleve el control de las circulares numeradas,
venga mañana a las cinco y pida un número,
hablaremos con usted y con la tierra en lenguas muertas
(pachamamabrasandomegatheriums)
y venceremos.
Nuestra bomba de chicle cooperante, colectiva y vuelta masa
esfera fucsia que explotará contra un zarcillo
punzante, afilado, verde oliva.
No un pendiente… no, señora: un zarcillo
un zar menudito que destella con el dorado de las caponas
que contrasta tanto verde oliva en derredor:
bomba de chicle, bomba de gasolina, bomba de tiempo, venceremos.
El hombrenuevo tiene 2.000 años
(o un poco más), d.p, 25 siglos, más o menos
(o un poco más)
Pero todavía no, D.P.
Megatherium, not yet,
not yet. Not yet.
Espera un poco, un poquito más.
Deja que pase | otro ratito | de felicidad
y venceremos.
“Venceremos, venceremos, venceremos”;
Perezosos gigantes: venceremos…
todos, como los megaterios, algún día caducaremos
de nuevo
expiraremos
venceremos,
venceremos,
venceremos.

Willy McKey, incluido en Ritmo (nº 22, ene.-abr. de 2015, UNAM, México).

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jueves, 18 de enero de 2018

Poema del día: "Elegía crepuscular", de María Eugenia Vaz Ferreira (Uruguay, 1875-1924)

Viento suave del crepúsculo,
viento de las leves alas,
azulmente silenciosas
y azulmente solitarias,
anónimo pasajero
fugaz en todas las patrias,
en las misteriosas selvas
y en las grutas oceánicas,
viento suave del crepúsculo,
viento de las leves alas...
Tu roce sobre mi frente
tiene la misma eficacia
de la luna entre las ruinas,
de los óleos en las llagas
y de las claves que aflojan
el cordaje de las arpas...
Tu fresco soplo serena
la exaltación de mi alma
fosca de llamar sin nombre
y esperar sin esperanza
por haber nacido póstuma
dentro de su propia lápida...
Viento suave del crepúsculo
que cruzas sin decir nada
el transitorio paréntesis
suspenso en la sombra vaga,
cuando enmudecen las cosas
o todavía no cantan,
cuando de los rojos soles
palidecieron las flamas
y las nocturnas estrellas
están todavía pálidas...
Si yo supiera estar triste
yo me desharía en lágrimas
para que así me bebieran
las caricias de tus ráfagas
¡Qué lindo renunciamiento!
¡Qué liberación beata!
Viento suave del crepúsculo
si tus brisas me acabaran,
azulmente silenciosas
y azulmente solitarias,
viento suave del crepúsculo,
viento de las leves alas.

María Eugenia Vaz Ferreira, incluido en Poetas latinoamericanas. Antología crítica (Escuela de Estudios LiterariosUniversidad del Valle, Colombia, 2009, selec. de Carmiña Navia Velasco).

Otros poemas de María Eugenia Vaz Ferreira
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miércoles, 17 de enero de 2018

Poema del día: "Tanto soñé contigo", de Robert Desnos (Francia, 1900-1945)

Tanto soñé contigo
que pierdes tu realidad
¿Es tiempo todavía de esperar ese cuerpo viviente y de besar en esta boca el nacimiento de la voz querida?
Tanto soñé contigo
que mis brazos acostumbrados a cruzarse sobre mi pecho cuando abrazan tu sombra ya no se amoldarían tal vez al contacto de tu cuerpo.
Y, ante la aparición real de aquello que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años
Me volvería yo una sombra sin duda,
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo
que no es tiempo sin duda de que ya me despierte. Duermo de pie el cuerpo expuesto a todas las apariencias de la vida y del amor, y de ti, la única que hoy para mí cuenta, menos podría tocar tu rostro y tus labios, que los primeros labios y el primer rostro que venga.
Tanto soñé contigo
tanto anduve y hablé y dormí con tu fantasma que ya quizá sólo me queda empero el ser fantasma entre fantasmas y más sombra cien veces que la sombra que se pasea y se paseará alegremente sobre el reloj de sol de la vida.

Robert Desnos en Corps et Biens (1930), incluido en Poetas franceses contemporáneos  (Ediciones Librerias Fausto, Bueno Aires, 1974, selec. y versiones de Raúl Gustavo Aguirre).



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martes, 16 de enero de 2018

Poema del día: "La espina", de Tadeusz Różewicz (Polonia, 1921-2014)

no creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos

no creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida

no creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía

no creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo

no creo
en sus templos
en sus curas en sus signos

no creo
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación

leo sus parábolas
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír

pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia

pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte

Tadeusz Różewicz, incluido en Poesía polaca contemporánea (UNAM, México, 2008, selec. y trad. de Krystyna Rodowska).

Otros poemas de Tadeusz Różewicz

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lunes, 15 de enero de 2018

Poema del día: "Mitos de la guerra", de Miron Białoszewski (Polonia, 1922-1983)

Tres

Una huyó.
Otra huyó.
La tercera
se atascó en la puerta.

Uno

Se acurrucó debajo de la mesa
y se salvó.

Miron Białoszewski, incluido en Poesía polaca contemporánea (Ediciones Rialp, Madrid, 1994, selec. y trad. de Fernando Presa González).

Otros poemas de Miron Białoszewski

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domingo, 14 de enero de 2018

Poema del día: "Poemilla de cercanías", de Matthías Johannessen (Islandia, 1930-2024)

Los cráteres descansan
su sueño
milenario

la lava se viste de musgo
bajo el silencio
helado

la sombra del coche
se acerca velozmente
todo ello en el camino
se funde
en luz de luna de la noche clara

así nos encontramos con nuestra sombra
y la seguimos
con un volcán apagado en el pecho.

Matthías Johannessen en Tveggja bakka vedur (1981), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de José Antonio Fernández Romero).

Otros poemas de Matthías Johannessen
La tierra

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sábado, 13 de enero de 2018

Poema del día: "Louis Armstrong", de Hans Børli (Noruega, 1918-1989)

Viejo, dulce Satchmo—
rostro como huellas de ruedas en la llanura,
como tierra y fosforescencia marina.
Llagas en los labios.
Sangre en la boquilla de latón. Siempre
ruge la tormenta de sol
en el agrietado árbol de tus pulmones. Siempre
huye un cuervo con alas de paloma
de tu garganta rota de cantar.

Nobody knows...

¿Ves todas esas manos blancas, Satchmo?
Aplauden.
Manos que pegaron, manos que ahorcaron, manos
que dividieron una dulce y creciente oscuridad
con la cruz en llamas del odio.
Ahora aplauden.
Y tocas, viejo. Cantas
el Lullaby del Uncle Satchmo. El sudor gotea, el pecho
jadea. Hay un sol clavado
en la resplandeciente boca de la trompeta.
Como el llanto en una garganta.

...the trouble I've seen

Cómo me ha hecho avergonzarme tu sonrisa llena de cicatrices
de mi propio rostro cerrado,
de mi genuflexión ante las sombras. Te pregunto:
¿De dónde sacas fuerzas para
tu rebelión sin odio? ¿Tu
resplandeciente tono de luz que
ilumina la noche de los negros? Contéstame
¿cómo ha de ser el dolor de grande...
cómo ha de ser el dolor de grande
para alimentar una alegría pura?

Y la trompeta contesta
desde la lejanía,
un humo de plata:
Mississippi.

Hans Børli en Ved bålet (1962), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).

Otros poemas de Hans Børli
Altamira - o el monólogo del pintor rupestre

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viernes, 12 de enero de 2018

Poema del día: "Una composición sobre Ícaro", de Uffe Harder (Dinamarca, 1930-2002)

Dédalo, el técnico, construyó el Laberinto para el rey Minos en Creta.

En varios idiomas las palabras que designan lo artístico, ingenioso,
genial se derivan de su nombre
y aún se usan.

Más tarde lo encarcelaron en ese laberinto. Con él estaba
en cautiverio su hijo Ícaro, un chico mayor.

Minos, dijo Dédalo (según el poeta), puede cerrar mar y tierra.
El cielo siempre está abierto, ése será el camino que tomemos.
Minos gobierna sobre todas las cosas, excepto el aire.

Luego se pusieron a trabajar y Dédalo aconsejó:
       si vuelas demasiado bajo
el agua del mar hará las plumas tan pesadas que no podrás
       levantar los brazos,
si demasiado alto, el sol derretirá la cera y el plumaje se desprenderá.
Y la huida: Samos, Delos y Paros,
Lebintos, Kalimnos, tan rica en miel.

Tras la primera inquietud
tuvo que haberse dejado fascinar por
la luz, los reflejos del mar y la espuma
que tenía debajo,
el juego con los vientos y la posibilidad real
de cambiar de altitud, del aire que lo bañaba,
el suave deslizamiento
hacia arriba con un ligero aleteo,
un laberinto
de centelleos, caídas y elevaciones,
ligereza y peso,
el sol quemándole la espalda,
el rumor de la sangre zumbándole en los oídos,
el sudor secándose al viento,
el mechón de pelo que no puede echar atrás,
las islas que cambian constantemente de sitio,
las blancas montañas flotando en el mar,
un remolino de nubes, de luz, de agua y cielo,
el sonido del batir de alas en el aire,
el latido de su corazón,

mucho más abajo, Dédalo, manteniendo una línea recta.

A distancia: un par de puntos, dos cuerpos con alas,
juntos al principio, pero luego uno de ellos
asciende en una curva, cada vez más empinada,
hasta que se precipita perpendicularmente en el mar,
durante un momento el otro revolotea sobre el lugar
y sigue su vuelo, en línea recta, y desaparece.
Demasiado pesados y demasiado grandes para ser gaviotas,
y de haber sido dioses difícilmente hubieran permitido que se
abatiese una desgracia así sobre ellos
pero ¿quién sabe?
Así es que algo indicaría que los que volaban eran seres humanos.

¿Qué pasó pues con el que no se ahogó?

Uffe Harder en Sort på hvidt, (1968), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).

Otros poemas de Uffe Harder
En bicicleta

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jueves, 11 de enero de 2018

Poema del día: "Jesús", de Björn Håkanson (Suecia, 1937)

Descuidadamente clavado como estoy
trato de desentenderme de mi responsabilidad por el futuro
En verdad no fui lo suficientemente claro
Los celotes me acusaban de timorato
y los saduceos de locura revolucionaria
mientras los romanos me tomaban por un celote
que quería derribar el estado
Yo acepto el estado, por ahora,
en espera de que se haga superfino
Acepto el sufrimiento, por ahora,
mientras las armas sólo sean clavos
Pero espero haber sido claro al menos en un punto:
el poder del césar no viene de Dios
y nosotros no somos malos
Es el césar el que nos consume, no nosotros,
son sus caprichos lo que satisfacemos
incluso cuando creemos actuar libremente
A menudo nos confundimos mutuamente con él
nos interrumpimos en medio de una conversación y decimos
fríamente: mi cabeza la conservo yo, muchas gracias—
no confundamos amabilidad con abnegación
Entonces se oye de repente el obsesivo sonido de su corazón
Tened cuidado, para que no os quedéis sordos por eso
Tened cuidado, para que no creáis que es el vuestro
Pero nadie escucha; el tintineo de las monedas llena
los oídos, y además a mí me dan por muerto
Tengo que convencerme a mí mismo para dejar de preguntar:
¿Es acaso pecado la falta de claridad? ¿O aún más
aclaraciones hubiesen hecho de mí un maldito incomprendido?
El día es blanco como un muro con venas incrustadas
¡Discípulos y anunciantes, mirad hacia aquí! ¡Tengo sed!
Haced un producto de mi situación
dadme una vida eterna.

Björn Håkanson en Kürlek i Vita Huset (1967), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).

Otros poemas de Björn Håkanson
Destinatario: Olof PalmeJesúsPara mi esposa en su cumpleaños

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miércoles, 10 de enero de 2018

Poema del día: "Mi primavera es clara...", de Tuomas Anhava (Finlandia, 1927-2001)

Mi primavera es clara, mi suelo desnudo: agotada
toda la hierba, carne del pasado.

Mi hora es la noche, la llama humo,
el cielo nube como el humo.

Mi día es la nieve: cae suavemente. Mi herida
tierra se cubre de nieve ligera.

Mi palabra es viento, árboles y flores
se inclinan y el pájaro vuela.

Tuomas Anhava en Runoja (1953), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).

Otros poemas de Tuomas Anhava
Naturalmente que nos ocupamos...

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martes, 9 de enero de 2018

Poema del día: "Canción de cuna", de Tchicaya U Tam'si (República del Congo, 1931-1988)

Yo te quiero mi niño
duerme si quieres a tu madre
- Mujer en el niño duerme bien
- El duerme bien
las mariposas danzan en ronda
sobre su cabeza
Si duerme bien no llores más
- El duerme bien
las mariposas danzan en ronda
sobre su cabeza.

Tchicaya U Tam'si, incluido en Poesía negra (Biblioteca virtual, Internet, s. a., versión de Estela Dos Santos).

Otros poemas de Tchicaya U Tam'si
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lunes, 8 de enero de 2018

Poema del día: "Nieve", de Salvatore Quasimodo (Italia, 1901-1968)

Desciende la noche:
todavía permanecen
las queridas visiones de la tierra,
árboles, animales,
pobre gente encerrada
bajo mantos de soldado,
madres con el vientre agostado
por las lágrimas.
Y la nieve en los prados
como una luna apenas descubierta.
Oh, estos muertos. Golpead
las frentes, golpead hasta el corazón.
Que por lo menos uno
nos grite en el silencio;
en este blanco cerco de los sepulcros.

Salvatore Quasimodo, incluido en Poesía italiana moderna (UNAM, México, 2007, selec. y trad. de Hugo Gutiérrez Vega).

Otros poemas de Salvatore Quasimodo y artículos sobre su obra
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domingo, 7 de enero de 2018

Poema del día: "Lo imperceptible", de Jacques Ancet (Francia, 1942)

Aunque no lo sepamos.
Con gestos para nada.
Aunque dormidos,
o en la lentitud del amor,
antes del sueño. Decimos
lo oíste, escuchá.
Las manos se detienen, las palabras.
Vemos la sombra de una taza,
su asa sobre la pared.
Es el borde. No vemos.
ddd
*
LLL
O algo más
que la mesa, las lágrimas,
la montaña o la esperanza.
Más que el espacio.
El que viene es precedente,
una especie de sombra ausente,
lo contrario de una imagen.
O, en el cielo, a mediodía,
como una luz inversa.
Nadie puede saberlo.
ggg
*
ffffffff
Crees que se escapa
pero algo se acerca.
Al final de la calle ves
lo que no podés decir.
Es como si un rostro
se inclinara sobre la ciudad,
o como si una mano sostuviera
las cosas sin tocarlas.
Te dices que se va
pero ahí está, y te mira.

Jacques Ancet, incluido en Poesía francesa actual (Biblioteca digital, República Dominicana, 2009).

Otros poemas de Jacques Ancet
La quemadura (Canto 7), Ladra un perro..., Lo imperceptible

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sábado, 6 de enero de 2018

Poema del día: "Madrigal aéreo", de Guillermo de Torre (España, 1900-1971)

                                A Isaac del Vando-Villar, iluminado,
                                atalayante y efusivo en su altitud directorial.

Panorama vibracionista
                    galería de máquinas
                                     Dinamos.
Una corona de hélices
              magnifica la testa de
      FÉMINA PORVENIRISTA
Hacia qué hemisferio nordestas tu brújula cardíaca?
Un circuito de ardentías
                se polariza en tus ojos iónicos.
Sobre las nubes velivolantes
                    tu móvil cuerpo se diversifica
                    en transmutadoras perspectivas.
El cable sinusoide de tus brazos
          Se desenrolla sobre tus senos cúbicos
Un motor se espeja en tu iris meditativo.
Tu luminosa psiquis intelectiva
deviene una mariposa aviónica
que se eleva sobre los opacos gineceos
y en tu obsesión geométrica
          evocas voluptuosamente
                la carnal perpendicular
                      bisectriz de tu divino triángulo.
Oh la vibración de tus diástoles
               que transfundes al lucífero afín
               en una ósmosis erotical
Tálamos en las antenas
               Andróginos mecánicos
Oh Fémina porvenirista!
En mi espasmo augural
               te he poseído arrullándote
al ritmo de las hélices sidéreas.

Guillermo de Torre en Grecia. Revista de literatura (1919), incluido en Poesía de la vanguardia española  (Taurus Ediciones, Madrid, 1981, selec. de Germán Gullón).

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viernes, 5 de enero de 2018

Poema del día: "Contribución a los Encuentros en La Habana (fragmentos)", de Sigfredo Ariel (Cuba, 1962-2020)

                                          Almuerzo con Tennessee.

El ídolo bebe alcohol y no es amigo
de nadie. Muestra la mano, reciente
está la cuchillada. Se ajusta el abrigo
antes de ir: su corazón está pendiente
de un alambre, pendiente del castigo.
En el hotel su cuarto es inclemente.
Crueles allí los ángeles consigo,
los dioses le confundirán. La gente
espera de él, siempre la gente necesita
un ídolo.
               Hablaron sobre asuntos
vagos -la oscuridad, el alcohol-
la tarde que almorzaron juntos.
Para su sombra que ya nada necesita:
oro de níspero, la fronda de una col.

                                                  El joven Gershwin.

Cae la luz y qué violenta
en mi mano de músico, mi mano
que era tan ligera. Tuve su lenta
impresión, su llamarada.
                                    Gano
mi dinero, escribo, voy a entrar
en el club donde sangro y vivo
de la música. Adónde iré, adónde arribo
en mi viaje común y circular,
a qué desconocido:
                             vuelvo a Cuba
temblando y a París y a la cueva
de los encarcelados. En la uva
del tullido o en la sucia Alejandría
vuelvo a mí. Dejo que la luz mueva
mi mano.
                  Si pudiera dormir, me dormiría.

Sigfredo Ariel, incluido en Poesía cubana de los años 80. Antología (Ediciones La Palma, Madrid, 1994, ed. y selec. de Alicia Llarena).

Otros poemas de Sigfredo Ariel
Contribución a los Encuentros en La Habana (fragmentos)Danzón del nuevo vedadoGoriot, el padreLa luz, bróder, la luz

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jueves, 4 de enero de 2018

Poema del día: "Un poema", de Sudama Panday 'Dhoomil' (India, 1936-1975)

Un hombre
amasa el pan.

Un hombre come el pan.
Hay también un tercer hombre
que ni amasa el pan ni come el pan.
Solo juega con el pan.

¿Quién es este tercer hombre?
pregunto.

El Parlamento de mi país guarda silencio.

Sudama Panday 'Dhoomil', incluido en Estudios de Asia y África (Vol. X, 1975, trad. del inglés de Elisa García Plaza. El Colegio de México).

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miércoles, 3 de enero de 2018

Poema del día: "Añorando a mi difunta hija al ver las flores abiertas", de Gao Qi (China, 1336-1374)

¡Oh mi segunda hija!
Eras mi predilecta
y la que más quería.
Aunque ya tenías seis años,
te llevaba siempre en mis brazos.
Me deleitaba contemplarte
tomar alguna fruta o pasas
y, teniéndote en mi regazo,
te enseñaba a leer poemas.
De madrugada, imitando a tu hermana,
te arreglabas ante el tocador.
Quisiste tener un vestido hermoso,
mas por falta de dinero,
no te lo pude comprar.
Eran tiempos muy difíciles.
Tenía yo que andar de un sitio a otro,
aun en días de lluvia y nieve.
Al volver exhausto a casa,
siempre te encontraba a la puerta.
Me esperabas, me saludabas,
dándome gran alegría.
Un día caíste enferma,
cuando se inició la guerra.
Aterrada, dejaste el mundo,
antes que te asistiera el médico.
Tuve que enterrarte de prisa,
en una colina lejana.
¿Encontraría tu ánima el camino
para regresar a casa?
Recuerdo que el año pasado,
en la primavera florida,
llevándome de la mano,
dabas vueltas y vueltas
por el jardín antiguo,
contemplando las plantas.
Este año se abren ya los capullos,
mas estamos a la orilla
de un río remoto.
Sólo faltas tú en la familia.
Mirando yo solo las flores,
no puedo contener las lágrimas.
Una copa ya no basta
para aliviar mi tristeza.
Oscuridad vespertina.
Un viento desolador y frígido,
levantando la cortina,
punza mi corazón dolorido.

Gao Qi, incluido en Poesía clásica china (Ediciones Cátedra, Madrid, 2002, ed. y trad. de Guojian Chen).

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martes, 2 de enero de 2018

Poema del día: "Lo que queda", de Imru'l Qays (Yemen, 497-545)

Cuánto certero golpe de sable,
cuánto párpado pasmado,
cuánta casida escogida
serán hueros mañana.

Imru'l Qays, incluido en Poesía árabe clásica (Editorial Mondadori, Madrid, 1998, selec. de Alfonso Bolado).

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lunes, 1 de enero de 2018

Poema del día: "Pecado", de Qassim Haddad (Baréin, 1948)

Oh rey
nosotros somos los súbditos de los que tú te ufanas
delante de las naciones.
Estamos cansados de esta gloria

¿Por qué entramos en este túnel infernal?
       No hay luz,
ni un susurro, ni una conversación,
       la fábula duerme aquí.

Doblamos las armas igual que si fueran capas,
después de largos intervalos de amuletos.
Nos sumergimos entre las mandíbulas
de las conjeturas como si nos hubiera emborrachado el éxtasis de los finales.
Nuestro viaje fue abominable.

Qassim Haddad, incluido en Poesía árabe. 16 poetas árabes contemporáneos (Biblioteca digital, República Dominicana, 2008).

Otros poemas de Qassim Haddad

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Yemen

H
Huda Ali Iblán (Yemen, 1971)
I
Imru'l Qays (Yemen, 497-545)
Lo que queda
N
Nabilah al-Zubair (Yemen, 1964)