de vocablos (un día diré el secreto sibilinamente porque nadie
capte el sentido recóndito de su forma) clara, cerebral, pura.
Núbiles, ágiles danzarinas babilonias
y de Ecbatana, son — desde el trágico triángulo rizoso que es el lustral perfume de su rito—
arrítmica y rítmica ronda, el germen de la Arquitectura
todavía: la rítmica y ponderada; la turbulenta y la descabalada y la arrítmica;
por el total contacto de antítesis polares — ártica si cerébrea, antártica si pura—;
y allí se funden o se disgreguen, dormiten tácitas, o en el perenne grito
rompan las sordas orejas de la gansada innominable,
o rómpase el grito perenne contra el acantilado, ante lo sordo fatal e infinito,
así rómpase la excelsitud del homenaje frente a la inusitada Arquitectura
que forjó mi capricho mordicante, riente, metafísico, matemático, abstruso,
para callados regocijos e inebriantes placeres radiosos: de entraña tibia y pura,
de forma pura y tibia, tallada en jades y pórfidos y en obsidianas y granito
y corindón, y en cristales de ensueño y en sándalos y cedros de inefables aromas.
He forjado mi nueva arquitectura
de vocablos (un día diré el secreto, Sibilino, porque nadie
capte su índole recóndita) clara, cerebral, pura.
Medellín, junio, 1928.
León de Greiff en Libro de signos (1930), incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).
Otros poemas de León de Greiff
Esquicio N° 2, suite en do mayor (I Prœludium, II Scherzoo), Libro de signos (Uno. A), Nocturno N°4, en sí bemol
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: