el neogánster se observa heredero.
Él sabe que la circunstancia es un gancho
al estómago, un lance que vuelve el rostro
sobre el lado oscuro de la moneda.
La señal no es alguna fachada con neón,
la suerte no es el arma encasquillada
y dirigida al eco de los propios pasos.
Pero se expone al peligro en medio
de los vapores de un baño turco o
sentado en el mullido sillón de un barbero
con la navaja rozándole el cuello.
Enzia Verduchi, incluido en Tigre la sed. Antología de poesía mexicana contemporánea 1950-2005 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2006, selecc. de Víctor Manuel Mendola, Miguel Ángel Zapata y Miguel Gomes).
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En una moneda, yo nunca vi un lado más oscuro que otro. Los veo iguales... pero tu poema es precioso.
ResponderEliminarUn beso,
Noa