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domingo, 17 de agosto de 2025

Poema del día: "Poema", de Louis Scutenaire (Bélgica, 1905-1987)

Murió llorando
Comenzó a llorar al ver la píldora de veneno que lo llevó
No tuvo una vida alegre
Había estado enfermo
Padeció cargas de familia deprimentes
Había tenido resentimientos
Especialmente quisquilloso y profundamente egoísta a un tiempo los pequeños problemas cotidianos lo llevaban a una extrema agitación
Era como si la existencia armada con un fusil de barro lo hubiera tiroteado sin descanso
No quería ni a su trabajo ni a su país y se sentía incapaz de encontrar otros que le hubieran podido gustar
Aunque tuviera una opinión favorable de sí mismo en un terreno absoluto no se ilusionaba sobre sus poderes relativos pero había llegado a convencerse de que pese a todo eran los únicos útiles
Habría podido fabricar esos objetos de contenido abstracto con envoltura compleja que eran del gusto de la época
Pero estas producciones lo hubiesen hecho reventar
Construía objetos emocionales de continente sencillo que no llamaban la atención de nadie
Él no atraía a la multitud hacia ellos porque lo consideraba degradante
Los dos o tres amigos que le asignaban alguna importancia parecían hacerlo por razones extrañas al objeto mismo
Tenía a pesar de todo la sensación de que no estaba lejano el día en que las producciones del tipo de las suyas habrían de ser las únicas adecuadas a un universo muy al corriente de las realidades
Desgraciadamente él ya no estaría allí
Lloraba al mirar la píldora de veneno que no tenía un color agradable que no ofrecía nada reconfortante que sólo era una triste bolita gris con aire torvo
La habitación en la que estaba no carecía ni de comodidad ni de cierto encanto
Eso no arreglaba nada él mandó todo al demonio
Lloraba
Sin saber si era de miedo de tedio de asco o de cansancio
Si hubiera tenido una vida agradable
Con aplausos ocios distracciones tranquilidad
Se decía a sí mismo que hoy quizá no hubiera acabado por una píldora molesta en un mundo molesto
Eso le llegaba palada a palada como correspondía a un gran sepulcro.

Louis Scutenaire en Temps mêlés (marzo 1953), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. de Aldo Pellegrini).

Otros poemas de Louis Scutenaire

domingo, 13 de julio de 2025

Poema del día: "Límite de las fronteras", de Louis Scutenaire (Bélgica, 1905-1987)

Los personajes ejecutan en su presidio graciosas zambullidas de risa
Son viejos tontuelos
y todos aquellos a los que la enfermedad acusa de peculado
Me corrían por la cara gotas coloreadas que eran como
                   (busca un término de comparación)
Eran gruesas
                   (ha encontrado un término más sorprendente que
                   cualquier metamorfosis)
Las fronteras todavía cuelgan como mangas
Los cocheros del juego de sombra contemplan en la orilla del mar a los centinelas de la inmovilidad

Louis Scutenaire en Cahiers GLM (nº 9, 1936), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. de Aldo Pellegrini).

Otros poemas de Louis Scutenaire

sábado, 12 de abril de 2025

Poema del día: "Claroscuro", de Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903-1987)

                                    Para Jean Cocteau

Claroscuro, sombra insidiosa
donde mueven las estatuas sin ruido
una voz melodiosa,
allí callan las cosas su murmullo.
Enigmas que el corazón resuelve,
secretos muy caramente comprados,
todo sabio es alumno de un enloquecido,
toda alma es instruida por la carne.

Marguerite Yourcenar, incluido en Periódico de poesía (24 de abril de 2023, UNAM, México, trad. de Maximiliano Sauza Durán).

Otros poemas de Marguerite Yourcenar
El visionarioHospes comesqueSiete poemas para una muerta (II)


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miércoles, 12 de marzo de 2025

Poema del día: "El visionario", de Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903-1987)

Vi en la nieve
un ciervo en la trampa herido.

Vi en el estanque
un ahogado flotante.

Vi en la playa
un caracol ensordecido.

Vi en las aguas
a las trémulas aves.

Vi en las ciudades
a los condenados serviles.

Vi en las planicies
la humareda de los odios.

Vi en la mar
del sol la amargura.

Vi en los cielos
insondables ojos.

Vi en el espacio
este siglo pasando.

Vi en mi alma
la ceniza y la flama.

Vi en mi corazón
a un negro dios invicto.

                      (Hacia 1965)

Marguerite Yourcenar, incluido en Periódico de poesía (24 de abril de 2023, UNAM, México, trad. de Maximiliano Sauza Durán).

Otros poemas de Marguerite Yourcenar
ClaroscuroHospes comesque, Siete poemas para una muerta (II)


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jueves, 6 de febrero de 2025

Poema del día: "Hospes comesque", de Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903-1987)

Cuerpo, portador del alma, en quien quizá creer
sería más vano, caro cuerpo, que el no amarte;
corazón sin fin transmutado en esta viva crátera;
a los alicientes novedosos boca siempre abierta.

Mares donde se puede navegar, fuentes donde es lícito beber;
trigo y vino mezclados en ritual vianda;
cuartada del sueño, dulce cavidad ennegrecida;
inseparable tierra entregada a todos nuestros pasos.

Aire que me llena de espacio y me hincha de equilibrio,
a lo largo de los nervios (espasmo de fibra en fibra) escalofrío;
ojos al inmenso vacío por un poco de tiempo abiertos.

Cuerpo, pereceremos juntos, viejo compañero mío.
Cómo no voy a amarte, forma a la que me parezco,
si son tus brazos con los que estrecho al universo.

Marguerite Yourcenar, incluido en Periódico de poesía (24 de abril de 2023, UNAM, México, trad. de Maximiliano Sauza Durán).

Otros poemas de Marguerite Yourcenar
ClaroscuroEl visionario, Siete poemas para una muerta (II)


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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Poema del día: "Es en la muerte esperada...", de Yves Namur (Bélgica, 1952)

Es en la muerte esperada
Y en la muerte que pronuncio,

Es allí donde reposa quizá
Lo que está en lo más profundo
Y lo que es también lo profundo de mí mismo.

Es allí donde alienta el canto
Y el espíritu del canto.

Ese canto inaudible
Que me llevaría al encuentro de mí
Y a lo más distante de mí mismo,

Ese canto
Que abriría las inciertas claridades
Y abriría también todas mis incertidumbres.

Ese canto inaudible me abriría al fin
A lo que no se oye.

Yves Namur en El libro de las siete puertas (1994), incluido en Nayagua. Revista de poesía (III época, nº 36, febrero de 2023,  Fundación Centro de Poesía José Hierro, Getafe, trad. de Emilia Oliva García).

Otros poemas de Yves Namur


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viernes, 25 de octubre de 2024

Poema del día: "He aquí que llega la Hora...", de Yves Namur (Bélgica, 1952)

He aquí que llega la Hora
Y el tiempo de las grandes transparencias.

La hora
En que el escriba da al fin un nombre
A los posibles nombres del árbol
Y a los nombres posibles de los árboles

En que el escriba escribe en el árbol
El nombre de una corteza frágil.

La hora
En que el tiempo se asienta en el nombre
De la piedra negra,

El tiempo de la transparencia.

Yves Namur en El libro de las siete puertas (1994), incluido en Nayagua. Revista de poesía (III época, nº 36, febrero de 2023,  Fundación Centro de Poesía José Hierro, Getafe, trad. de Emilia Oliva García).

Otros poemas de Yves Namur


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sábado, 20 de julio de 2024

Poema del día: "Solsticio", de Maria Mercè Marçal (España, 1952-1998)

Tu sexo y el mío son dos bocas.
¡No sientes qué beso de rocío sobre el musgo!
¡Qué mordisco con relente de remolino abierto!
¡Qué baile, pequeñas lenguas sin brida!
¡Qué secreto de desfiladero! Nuestros sexos.

Amor, son dos bocas. Y dos sexos
ahora nos laten en el lugar de las bocas.
Con miedo tapado, fundido el eco de la brida
que domaba la danza del musgo.
De par en par tenemos la playa abierta:
lancemos el deseo de espuma viva.

Tu sexo y mi boca viva,
a chorro, trenzados como si fuesen dos sexos,
entremezclan licores de fruta abierta
y devienen, en pleno desvarío, bocas.
Bocas, corales en laguna de musgo
donde la hora pace el azar y pierde la brida.

Estamos donde la hora y el azar pierden la brida,
donde, a caballo de la marea viva,
resbalan sin velamen, por los surcos del musgo,
mi sexo y tu boca: sexos
en medio del rostro y la entrepierna, bocas.
Todo es un alboroto de sal abierta.

Castillos de mar en fiesta, en noche abierta
borran signos y se desbocan
con la locura de las bocas.
Cualquier hoja muerta cobra vida
con la claridad del sol que nos da luz negra en los sexos
y pinta de carmín llamas de musgo.

¡Que se queme todo en un torrente de musgo
y que nos amase nuestra savia abierta!
¡Que hagan el solsticio nuestros sexos,
que el corazón transforme en lluvia toda brida!
¡Que revienten los bancales en sazón viva
que los bosques florezcan en miles de bocas!

¡Y que las bocas hagan que el musgo
arraigue, vivo, como la piel abierta
sin brida en el espejo de nuestros sexos!

Maria Mercè Marçal en La hermana, la extranjera (1985), incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. de Juan Vicente Aliaga).


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sábado, 15 de junio de 2024

Poema del día: "Siete poemas para una muerta II", de Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903-1987)

Aquí están la miel profunda de las rosas,
la fragancia, el color, el respirar amado.
No sonreirás más a la luz de las cosas;
tu gesto de abrazar en suspenso ha quedado.

Ya no sentirán más tus párpados dormidos
el largo deshojar de la melancolía.
Tu corazón se aleja en los cielos desvaídos
y yo llego puntual para ver la agonía.

El ser no es más que un nombre; el tiempo es un día;
por la ruta del sol tu sombra yo amaría
pero contra la tumba mi amor se golpeó.

La muerte no vacila y supo alcanzarte;
si me recuerdas hoy sabrás compadecerte
de esta oscuridad que tu antorcha encendió.

Marguerite Yourcenar en Las caridades de Alcipo (1956), incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. de Emma Calatayud).

Otros poemas de Marguerite Yourcenar


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miércoles, 28 de junio de 2023

Poema del día: "Algunos poemas y dibujos de Clarisse Juranville (fragmentos)", de Paul Nougé (Bélgica, 1895-1967)

Soy yo quien te mira
Pero tú quien me miras
Esta noche te hablará tu hermano
Contestarás con tu obra
Y nada más

*

Mantengo mis promesas
Apuesto por placer
Farfullo insultos
Pinto bellas pinturas sin estar en éxtasis
Desvío la dirección de los caminos
Librad vuestras manos de ataduras

*

Se parecen a todo el mundo
Forzaron la cerradura
Sustituyeron el objeto perdido
Cargaron los fusiles
Mezclaron los licores
Sembraron preguntas a manos llenas
Se retiraron modestamente
Borrando sus firmas

*

Ahora
Soy yo quien hará compañía a los hombres y mujeres de mala voluntad
Me constituiré en prisionero de ellos
Me instalaré en sus mentiras en sus recuerdos en los aposentos variables de sus vidas
Penetraré furtivamente en sus desgracias
Pondré en orden sus resentimientos
Soplaré sobre sus cóleras
Los llevaré a empujones a la plaza
Les cuidaré las espaldas
No reconocerán ni sus gestos ni sus gritos
Con toda fidelidad traicionarán su palabra

Paul Nougé en  Quelques écrits et quelques dessins de Clarisse Juranville (1927), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa  (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. y trad. de Aldo Pellegrini).

lunes, 24 de abril de 2023

Poema del día: "Sing Song", de E. L. T. Mesens (Bélgica, 1903-1971)

                               a P. G. van Hecke

Mi fatiga iguala a mi miseria
Mi miseria entregada al cadalso
Mi fatiga es de plomo
y mi miseria de oro
Calendario evadido del pasado
Recuerdo el tiempo de los miriñaques
Naranjadas naranjadas
Cabelleras extinguidas para siempre

Los que han venido a escucharme
Me han enseñado a mentir
Los que han venido a socorrerme
Me han cubierto de alquitrán
Calendario que desgrana el rosario del pasado
Recuerdo el tiempo de las colombinas
Naranjadas naranjadas
Cabelleras extinguidas para siempre

Aquí estoy perdido en el desierto
Inmóvil pero sin pedestal
Pesado como el oro
Opaco como el plomo
Calendario vuelto hacia el pasado
Recuerdo el tiempo de las mandolinas
Naranjadas naranjadas
Cabelleras extinguidas para siempre

E. L. T. Mesens en Troisiéme Front (1944), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa  (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. y trad. de Aldo Pellegrini).

lunes, 3 de octubre de 2022

Poema del día: "En la celda", de Paul Dermée (Bélgica, 1886-1951)

Vidrios rotos

                                                             puño ensangrentado

Trozos de papel rotos

Un velo

                         guantes retirados

                                                   el aliento húmedo

                Y labios exangües que rezan


Esos vestigios grabados en el barro

                                                          Hasta los cinceles

Hablarán…



                                                         Pero tú y tu garganta cortada

El ojo

mira a alguien en la esquina

Qué máquina tan singular es la mano

                                                     hecha para marcar

Mis huellas digitales en ese papel

El vaso roto con sus pedazos de vidrio al aire

                                   y la navaja de Langres

Esta mañana fría es más aguda que mi sudor



oh manos febriles de una noche de insomnio



Cajones revueltos

                              Solo cosas extrañas

                              acumulamos a lo largo de los años



Lo desconocido viene en pequeños pasos

                               fotos

                                             una niña dejada de lado

El mediodía brillará para el alma abandonada



                                   y para sus trágicos párpados

Cortinas cerradas



                                                     solo queda la memoria



La paz y su silencio

                            dormir bajo los rayos del sol

                                                           el auverpin

beber a la luz del día

                                   los bares de Saint-Séverin

Saborear finalmente el incansable olvido…



Sin embargo, esas huellas ensangrentadas lo han delatado

Paul Dermée en Nord-Sud (nº 13, París, marzo de 1918)), incluido en Aullido (Internet, 21 de junio de 2022, trad. de Daymar Toussaint).

Otros poemas de Paul Dermée

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domingo, 28 de agosto de 2022

Poema del día: "Radiador", de Paul Dermée (Bélgica, 1886-1951)

OJO de luz

                             Miras en la sombra

                                                                     Ardor

                               Abeto al atardecer

                                                     jadeo

Allá

                                                            S

El otoño                                                I

                                                               L

                              Cosas muertas            E

                                                                    N

                                     Un pájaro grita           C

                                                                           I

                                                                              O

                                                              El viento se escapa

Pero tú…

Puerta abierta en el crepúsculo

          Mis pasos alrededor de tu casa

      Vacío sonoro                                      Hojas secas

      ANTAÑO…

Cortinas sobre tu ventana cerrada

Fuego ardiendo en la casa

Banderas de Victoria

                                  Pañuelos sacudidos al aire

El corazón latiendo

             bajo los innumerables ojos del amor

sueño de morir por la gloria

Mi recuerdo

                                                             vaga

                           alrededor de tu casa

El radiador resopla

                               en la sombra

Mis zapatos se consumen

                          Las ventanas se iluminan

Caminamos

                 Alguien llamó a la puerta

                                                          Luego parte

Hojas secas

                        Esperanzas

EL VIENTO DE LO DESCONOCIDO OS ARRASTRA

Paul Dermée en Nord-Sud (nº 9, París, 9 de noviembre de 1917)), incluido en Aullido (Internet, 21 de junio de 2022, trad. de Daymar Toussaint).

Otros poemas de Paul Dermée

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sábado, 14 de mayo de 2022

Poema del día: "Tierra de carne", de Marcel Lecomte (Bélgica, 1900-1966)

Se trata de un vastísimo espacio y todo lo que se ve actualmente es una mujer tendida en medio del mundo.
Está la cabeza, el cuerpo, y están los brazos y las manos. Las piernas y los pies quedan ocultos por una elevación a la derecha.
Más arriba cierta ciudad reposa escalonada. Pero ese paisaje no es visible para todos. Conviene leerlo lentamente.

Marcel Lecomte en L'accent du secret (1944), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa  (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. y trad. de Aldo Pellegrini).

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martes, 11 de agosto de 2020

Poema del día: "Letanía de la lluvia", de Paul Colinet (Bélgica, 1898-1957)


La lluvia huérfana del día de Ramos que vuelve con sus deditos helados de Nazareth.

La lluvia de linfa cosquillosa, cuando los canarios, estrujados en el dédalo verde y amarillo de sus pajareras, languidecen del grano.

La lluvia blanca, la lluvia de simiente, que besa al molinero en la frente como una doncella.

La lluvia traviesa que brinca en las hojas del avellano.

La lluvia saqueadora de las mieses, la que salta de lado, que criba la melena de los leones de centeno tendido, que después remonta para embriagarse en los nichos de azur de las alondras.

La lluvia titubeante, la lluvia pura, llegada de muy alto, que excava su nido en el aliento de los silenciosos.

La lluvia desnuda, la lluvia deslumbrada, que danza y pierde la cadencia, la lluvia ebria que solloza de alegría en las rosaledas en llamas del sol.

La lluvia campesina, la lluvia con zuecos, la lluvia alborotadora, que remueve el mantillo, que hace tiritar los herbajes, que ahoga la cabeza cándida del ranúnculo.

La lluvia fina, la lluvia antigua, que satisface a la sabiduría de las gallinas dormidas.

La lluvia aventurera de los bosques, sus velos, sus atrasos, sus enredos, sus fintas, sus tropiezos, sus arcos, sus cetros.

La lluvia familiar, la lluvia de la buena vecindad, la lluvia de codos azules, que viene con su túnica agujereada a respirar los olores leñosos a la puerta de las tahonas.

La lluvia rezagada. la lluvia beata, que destila su sidra en las verdes tabernas de los mirlos.

La lluvia gris, la lluvia vagabunda, que busca sus caminos en la estela de los cuervos.

La lluvia amicísima de los caballos, la lluvia azulada de los gendarmes, la lluvia bribona de las lavanderas.

La lluvia miope de los ventanales ahumados, que lee a Rocambole, a través del velo gris de los libros apolillados.

La lluvia chistosa de las vejigas de Tilutin.

La lluvia de Bali, la lluvia oyente, que ensaya sus contrapuntos de pájaros, de campanas y de besos, bajo los sauces de su río.

La lluvia que charla sobre los horóscopos del mendigo, sobre el palomar, sobre el toldo del carro.

La lluvia burlona sobre los rizos, la lluvia embalsamada que aureola el muguet de los bustos jóvenes, la lluvia de perlas de las mil y una noches en el terciopelo de las rosas profundas.

La lluvia adolescente y sus castillitos de cristal, que despliegan sus mazurcas en los ramilletes de rubíes de los groselleros.

La lluvia que merodea, cuyos tobillos huelen a helechos, y que hace brillar el acero de las sendas solitarias entre las ortigas de los escombros.

La lluvia de los pajarillos y de las frondas, la lluvia de los bocadillos de nísperos podridos, en las glorietas que centellean.

La lluvia brusca, la lluvia de los mediodías de junio, que estornuda con la pimienta de los claveles blancos.

La lluvia novelesca, la lluvia libertada de los caminos en picada que ilumina los secretos y aconseja a los enamorados.

La lluvia consoladora que picotea la claraboya de los olvidados.

La lluvia pirotécnica que hace chisporrotear estrellas repentinas en la polvareda de los veranos.

La lluvia que bendice a los viejos jardines, la lluvia caritativa que susurra oraciones en los oídos de los burritos, la dulce lluvia maternal, de ojos abiertos y cerrados, que perdona.

Paul Colinet en La manivelle du château (1954), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. y trad. de Aldo Pellegrini).

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sábado, 4 de noviembre de 2017

Poema del día: "Es poco decir que no vivimos...", de Guy Goffette (Bélgica, 1947-2024)

Es poco decir que no vivimos
en la luz, que cada paso
es una caída de Ícaro, y no hay día,
no hay ruido, no hay paso
que no nos erijan en propietarios
de nada –los dioses mismos perdieron la herencia
del viento y ahora sus voces dan vueltas en redondo
mientras el cielo se abre las venas
en los cuatro horizontes de la habitación
y las hojas se inclinan
para recibir, con el oro y la mirra,
el incienso azul que sube de la tierra.

Guy Goffette, incluido en Poesía francesa actual (Biblioteca digital, República Dominicana, 2009).

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martes, 11 de abril de 2017

Poema del día: "Vegetación espiritual", de Maurice Maeterlinck (Bélgica, 1862-1949)

Bajo el azul cristal doliente
de mis tristes melancolías,
las amarguras de otros días
se inmovilizan lentamente.

Sus vagas y murientes hojas,
nenúfares de devaneos,
palmas lentas de mis deseos,
musgos fríos, lianas flojas...

Sólo un lirio -copa serena-
blanco y débil, rígidamente
su inmóvil ascensión doliente
en tanta postración ordena.

Y en la luz, que de él mismo arranca,
como de una luna espectral
eleva al remoto cristal
su mística plegaria blanca.

Maurice Maeterlinck, incluido en Poemas esenciales del simbolismo  (Ediciones Octaedro, Barcelona, 2002, selec. de Pedro Provencio, trad. de Eduardo Marquina).

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viernes, 9 de diciembre de 2016

Poema del día: "El miedo", de Émile Verhaeren (Bélgica, 1855-1916)

Por las llanuras de mi temor, de vuelta al norte,
he aquí al viejo pastor de noviembre que toca el cuerno
de pie, como una desgracia, en el umbral del triste redil,
y desde lejos llama a los rebaños de la muerte.

El establo se halla ahí, despierto como un remordimiento,
en el fondo de mis países de tristeza sin límites,
que un arroyo, bordeado de menta y de viburno,
cansado de sus lentas olas, marchita, con un curso sinuoso.

Negras ovejas, con cruces rojas sobre los lomos,
y corderos color fuego vuelven, a golpe de cayado,
como sus lentos pecados, a mi alma de espanto;

el viejo pastor de noviembre toca el cuerno tempestad.
Decid, ¿qué bandada de relámpagos acaba de aflorar en mi mente
para que esta noche mi vida haya tenido tanto miedo de mí?

Émile Verhaeren, incluido en Poemas esenciales del simbolismo  (Ediciones Octaedro, Barcelona, 2002, selec. de Pedro Provencio, trad. de Manuel Álvarez Ortega).

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lunes, 1 de febrero de 2016

Poema del día: "Introspectiva", de Jaak Brouwers (Bélgica, 1930-2010)

Quiero escapar a la palabra.
Todo es distinto «sin palabras:
fusión de hierbas y de vientos»
(mejor definición no encuentro).

No quiero yo ser responsable
de lo que, palabreramente,
cobra y da formas declinables:
retraso ya mundos silentes.

Los días me llevan a la acera:
me estoy viendo espiando las ventanas,
pidiendo con mano avergonzada
y gritando al interior: «¡Afuera!»

Tal vez ha sido todo así:
¡se me ha revelado ya tan tarde
lo que se ha estado maquinando
ayer o tantos años hace!

No he sido siempre de este modo.
Mas quien me lee diariamente
sabrá muy bien a qué atenerse:
que no me guardo para ningún «otro».

Quiero escapar constantemente,
volver sobre mis propios pasos
y unir lo desunido siempre
en los vientos y hierbas enlazado.

Jaak Brouwers, incluido en Antología de la poesía neerlandesa moderna (Ediciones Saturno, Barcelona, 1971, selecc. y trad. de Francisco Carrasquer).

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jueves, 12 de noviembre de 2015

Poema del día: "Acabo de ver al desengaño...", de Hugo Claus (Bélgica, 1929-2008)

Acabo de ver al desengaño
con sombrero de copa chaleco blanco y pantalón rayado
y no le he saludado.

A cada encuentro disimula nuevas desolladuras
pero tarde o temprano se rehace del daño.
Aunque yo me río en las barbas de esa pobre señora Tarde-O-Temprano
Porque

Ya
están libres de todos los pájaros los niños del verano desatado
la hierba se mueve la tierra dispuesta en mil pliegues
las calles ondulan
y los tranvías llenos de viento tienen todos los tubos sordos
y yo te nombro a mi novia de trece años
mi aliento en el ojo de buey de mi navío mi presa de corsario
te llamo y hago más falsos lazos en tu pelo amarillo
por encima de las casas las ciudades
y a través de los chillidos de las aves
y tú te dejas hacer.

Un día de éstos volveré al Parque Zoológico
y me presentaré a ti una vez más expoliado
y bajaremos juntos las escalinatas
con sus piedras contentas a acariciar los leones
riendo a carcajadas como si los viéramos
al señor Desengaño y a la señora Tarde-O-Temprano.

Y cuando se acerquen (porque se acercarán)
los conjuraremos con nuevos y exagerados aspavientos.

Hugo Claus, incluido en Antología de la poesía neerlandesa moderna (Ediciones Saturno, Barcelona, 1971, selecc. y trad. de Francisco Carrasquer).

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