Creo que sueño. Si es de día, la luz no alcanza a alumbrar el camino pedregoso; si es de noche, las estrellas derraman una claridad no habitual.
Caminamos y parece todo muerto: el tiempo, o se cansó ya de esta larga caminata y se durmió, o murió también. Olvidé la fisonomía familiar del paisaje y sólo veo un trémulo ondular de desierto, la silueta carnosa y torcida de los cactos, las piedras ásperas del camino.
¿Llueve? Algo así como eso. Y caminando siempre, se halla en derredor nuestro la tierra llena de silencio.
¿Será de la misma condición de las cosas estar silenciosas ahora?
Carlos de Oliveira en Terra de Harmonia (1950), incluido en Antología breve de la poesía portuguesa del siglo XX (Instituto Politécnico Nacional, México, 1998, selec. y trad. de Mario Morales Castro).
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¡Oliveira, gran poeta portugués!
ResponderEliminarSi, y con muy diferentes registros.
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