¿Nos estamos quitando las máscaras, no es verdad, y mantenemos
cerrada la boca? ¡Cómo al ser traspasados por una mirada!
La canción de una envejecida vaca no está más llena de sentido
que los vapores que escapan a nuestra alma cuando uno enferma;
así que estiro las sombras a mi alrededor al igual que un cojín
y cierro los párpados como en el momento más excelso
de una larguísima ópera, ¡y luego estallamos!
Sin reproches ni esperanza de que nuestros delicados pies
toquen nuevamente la tierra, ni qué decir «próximamente».
Es la ley de mi propia voz lo que he de investigar.
Empiezo como el hielo, mi dedo al oído, el oído
a mi corazón, ese chucho orgulloso en el cubo de basura
bajo la lluvia. Es maravilloso admirarse a sí mismo
con absoluta inocencia, contrastando los méritos de cada uno
de los retretes. El de la Calle 14 es alcohólico y crédulo,
el de la 53 intenta temblar pero es muy calmo. Los buenos
aman un parque y los ineptos una estación de tren,
y están también los divinos que se arrastran por lo alto
y por lo bajo de una sombra creciente con cabeza abisinia
en el polvo, marcando sus altos tacones de aires tórridos,
lamentándose para confundir a los valientes «En un día de verano,
y deseo ser deseado más que ninguna otra cosa en el mundo».
Frank O'Hara en Love Poems (1965), incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. de Martín Rodríguez-Gaona).
¡Frank O'Hara inicio un movimiento poético saliendo del closet...!
ResponderEliminarUna lástima que viviese poco, mucha más obra tendríamos suya.
EliminarUn poema que retrata, verso a verso, ese vivir a salto de mata que han tenido que llevar, y aún llevan, quienes tienen una orientación sexual diferente a la que la sociedad patriarcal acepta, y han de lidiar con lo suyo y con lo ajeno. Magnífico poema, gracias por compartirlo, Fran.
ResponderEliminarSiempre ando rebuscando. Un abrazo.
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