Quería que mi amor no se acabara
que resistiera entero –en desacuerdo
incluso con el recuerdo e ignorara el cuerpo
que de mí se alejaba
que ignorara su distancia e indiferencia
y fuera cosa mía doblemente entrelazada
cesta de junco y aire, cesta para el agua
forma que la mano conoce
y que la historia medita cuando –tan de tarde en tarde
por esto raramente sagrada– salva a un niño de su Nilo.
Así algunas veces hacen canastas los locos
para el silencio –creo– que sube de los espacios
para aquella paja
que los dedos oscurecen
para aquel nudo terreno de aire y de materia.
Antonella Anedda, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, abril de 2020, Chile, Emilio Coco).
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