Esos recuerdos con olor de helecho
son el idilio de la edad primera.
G.G.G.
Con el recuerdo vago de las cosas
que embellecen el tiempo y la distancia,
retornan a las almas cariñosas,
cual bandada de blancas mariposas,
los plácidos recuerdos de la infancia.
¡Caperucita, Barba Azul, pequeños
liliputienses, Gulliver gigante
que flotáis en las brumas de los sueños,
aquí tended las alas,
que yo con alegría
llamaré para haceros compañía
al ratoncito Pérez y a Urdimalas!
¡Edad feliz! Seguir con vivos ojos,
donde la idea brilla,
de la maestra la cansada mano
sobre los grandes caracteres rojos
de la rota cartilla,
donde el esbozo de un bosquejo vago,
fruto de instantes de infantil despecho,
las separadas letras juntas puso
bajo la sombra de impasible techo.
En alas de la brisa
del luminoso Agosto, blanca, inquieta
a la región de las errantes nubes
hacer que se levante la cometa
en húmeda mañana;
con el vestido nuevo hecho jirones,
en las ramas gomosas del cerezo
el nido sorprender de copetones;
escuchar de la abuela
las sencillas historias peregrinas;
perseguir las errantes golondrinas;
abandonar la escuela
y organizar horrísona batalla
en donde hacen las piedras de metralla
y el ajado pañuelo de bandera;
componer el pesebre
de los silos del monte levantados;
tras el largo paseo bullicioso
traer la grama leve,
los corales, el musgo codiciado,
y en extraños paisajes peregrinos
y perspectivas nunca imaginadas,
hacer de áureas arenas los caminos
y del talco brillante las cascadas.
Los reyes colocar en la colina
y colgada del techo
la estrella que sus pasos encamina,
y en el portal el Niño-Dios riente
sobre mullido lecho
de musgo gris y verdecino helecho.
¡Alma blanca, mejillas sonrosadas,
cutis de níveo armiño,
cabellera de oro,
ojos vivos de plácidas miradas,
cuán bello hacéis al inocente niño!
Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida,
donde es suave el rayo
que abrasa el resto de la vida
¡cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!
José Asunción Silva en El libro de versos, incluido en Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana (Ediciones Hiperión, Madrid, 1992, selec. de José Olivio Jiménez).
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¡Fundamental para la poesía del siglo XIX, el colombiano José Asunción Silva!
ResponderEliminarSi, no se entiende sin el. Gran poeta.
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