Sea que esta barcaza sobre espuma y arcilla Cagayán
Esté midiendo la anchura del miedo
Mientras el tiempo hace piruetas incesantes
Tu señalas ésta y aquella isla
Pero la boya de yerbajos y tierra no tiene nombre
Sólo las aves marcan la ausencia de un puente
Entre Aparri y casa
Años atrás decías que brillaría la lluvia
Sobre esta vasta profundidad bendita
Con aletas de tiburones y colmillos de cocodrilos
Rociando gemas de agua en tu cabello
Se han ido dices pero tú estás aquí
Tomando mi mano deseando que yo pueda descubrir
Tu opción de colores para cortinas
En las ventanas del valle
Aquella franja interminable de la costa de Ilocos
Perdiéndose entre la exuberancia de helechos, enredaderas y orquídeas
En el camino a Patapat pendiente de un balancín entre rocas inmensas
Fragua de olas mil metros abajo
Y las paredes de Sierra Madre ante nosotros
Pero no son paredes dices
Sino la espalda de una mujer rolliza soltando su trenza
Cataratas con el aroma de hojas secas de antiguos árboles
Antes quizás los elefantes y leones venían a jugar
Ya no están dices mientras el viento se despierta
Una noticia sobre un alud enterrando a unos aldeanos
Un tormentoso diciembre no hace mucho
Y observo las bayas salvajes y los jackfruits madurando
Que no están ahí
Y tú tomas mi mano deseando que descubra
Tu opción de zapatos para los caminos embarrados
Y libros para viajeros elegantes
Y cuchillos que no se oxiden
Y platos que no se rompan
Y canciones que lleven orquídeas para el pelo
Por tantos años
Como has estado erigiendo ciudades natales.
Herminio S. Beltrán Jr., incluido en Lo último de Filipinas. Antología poética (Huerga y Fierro editores, Madrid, 2001, selec. de Jaime B. Rosa, trad. de Ellyde Maestre).
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Original poeta, Herminio S. Beltrán, filipino...
ResponderEliminarBasante original, si, un costumbrismo un poco vanguardista el suyo.
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