Y hay calles que se desparraman inmortales
que no acaban nuca, que permanecen
aisladas en el tiempo,
salpicadas siempre de contenedores de vidrio,
farmacias y furgonetas industriales,
coches alineados como páginas
de un libro extranjero,
paredes con ventanas abiertas,
y bulevares frondosos.
Y he vuelto a ver, una vez más, nuestros cuerpos
hechizados por los rótulos nocturnos del parque,
y he sentido en mi boca
los árboles del paseo hasta el supermercado,
el bulevar de las caricias con porvenir,
la barra del bar donde te agarrabas a mi cuello
con estremecimiento, y tus ojos por todas partes,
y tu risa en todas las esquinas.
Te prometo que he necesitado unos segundos
para adaptarme al miedo y no echarme a llorar.
Daniel Benito en Memoria de una puerta (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2002).
Otros poemas de Daniel Benito
Historia de un final, Jardín en la nieve, Libro I (IX, XX), Libro II (XIII, XVIII)
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Este poeta es chileno??? lo digo porque no sé si es el mismo que he leido yo.
ResponderEliminarEl poema empieza como si llegara de contarnos algo, como si hubiera hecho una parada y continuara. Hay tres estrofas y dos empiezan por conjunción, pero creo que es para dar el tono de continuidad de la narración. He dicho un disparate??
Miedo a la soledad, la pérdida.
Besos.
A mi este poema me encanta. Es la primera vez que lo leo, pero me parece espléndido.
ResponderEliminarGracias Zena siempre tan ocurrente. Que buenos poemas nos dejas.
Bueno, solamente pongo lo que he leído y me ha gustado. Daniel Benito es español. Y yo es que, sinceramente, nunca me doy cuenta de los aspectos tan técnicos de un poema, jeje.
ResponderEliminarTú, Ada, como estás estudiando te fijas en todo, jajaja.