Porque de pronto sin ti
los kilómetros escuecen
como picaduras instantáneas,
yo sé que existir contigo
es el único sistema posible
de existir con sentido.
Porque hoy hueles a floristería
por lo menos,
y te agarras con vigor a mi cintura,
como una enredadera
yo también me siento a veces.
Porque atravieso la ciudad
solo para decirte que te quiero,
que hoy no podemos vernos más tiempo,
que tengo que romper con todas mis frases
y mis libros y mis discos y mis llamadas,
y, bueno, que si tu quieres me voy contigo
de vacaciones mañana.
Daniel Benito en Memoria de una puerta (Ediciones Vitruvio, 2002).
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