Muchacha dulce, no me amas.
Tú no conoces mi figura,
mi triste rostro que lejano vela
tu faz borrosa entre la lluvia.
Muchacha dulce, aquí en mis ojos
brilla un otoño que rezuma
oro de amor, de amor por ti, que tienes
entre tus manos una aurora púrpura.
Soy como tú, soy como tú. ¿Me oyes?
¡Soy como tú! ¡Oh, no me escuchas!
¡Mira, mira mi amor! ¡Cómo me brota
del corazón de esta alba rubia!
Tómala para ti. Yo no la quiero.
Es para ti. Tómala. Nunca.
Hacia el azul sube amorosa
y allí, tristísima, se alumbra.
Carlos Bousoño, antologado en Las mejores poesías de amor españolas (Editorial Óptima, Barcelona, 2000).
Otros poemas de Carlos Bousoño
El Dios nocturno, Elegías esperanzadas, La tristeza, Soplar
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