Viva, no tenía poder
para hacerte escuchar.
Ahora, en la noche toda
tan cerca estoy que
ningún murmullo o luz caída
puede dividirnos, querido.
Viva, no tenía lugar
en tus horas de grandeza.
Ahora la delgada llama,
las cerradas flores, desposan
el verano con mi nombre
y esto es nuestro.
Tu sombra en el polvo,
tu fuerza y un sollozo,
deleite, desespero, desconfianza
– Todo esto soy.
Amanece. Y las lejanas colinas
se pierden en el cielo lejano.
Viva, no tenía la capacidad
para soportar tu humillación.
Ahora todo lo que fue mi voluntad
ha quedado en el silencio.
Somos uno para bien o para mal
desde que estoy muerta.
Marjorie Pickthall, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, abril de 2020, Chile, trad. de Arturo Hernández González).
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