Esta solitaria greca
que me dieron en naciendo:
lo que va de mi costado
a mi costado de fuego;
que me dieron en naciendo:
lo que va de mi costado
a mi costado de fuego;
Lo que corre de mi frente
a mis pies calenturientos;
esta Isla de mi sangre,
esta parvedad de reino,
a mis pies calenturientos;
esta Isla de mi sangre,
esta parvedad de reino,
Yo lo devuelvo cumplido
y en brazada se lo entrego
al último de mis árboles,
a tamarindo o a cedro.
y en brazada se lo entrego
al último de mis árboles,
a tamarindo o a cedro.
Por si en la segunda vida
no me dan lo que ya dieron
y me hace falta este cuajo
de frescor y de silencio,
no me dan lo que ya dieron
y me hace falta este cuajo
de frescor y de silencio,
Y yo paso por el mundo
en sueño, carrera o vuelo,
en vez de umbrales de casas,
¡quiero árbol de paradero!
en sueño, carrera o vuelo,
en vez de umbrales de casas,
¡quiero árbol de paradero!
Le dejaré lo que tuve
de ceniza y firmamento,
mi flanco lleno de hablas
y mi flanco de silencio;
de ceniza y firmamento,
mi flanco lleno de hablas
y mi flanco de silencio;
Soledades que me di,
soledades que me dieron,
y el diezmo que pagué al rayo
de mi Dios dulce y tremendo;
soledades que me dieron,
y el diezmo que pagué al rayo
de mi Dios dulce y tremendo;
Mi juego de toma y daca
con las nubes y los vientos,
y lo que supe, temblando,
de manantiales secretos.
con las nubes y los vientos,
y lo que supe, temblando,
de manantiales secretos.
¡Ay, arrimo tembloroso
de mi Arcángel verdadero,
adelantado en las rutas
con el ramo y el ungüento!
de mi Arcángel verdadero,
adelantado en las rutas
con el ramo y el ungüento!
Tal vez ya nació y me falta
gracia de reconocerlo,
o sea el árbol sin nombre
que cargué como a hijo ciego.
gracia de reconocerlo,
o sea el árbol sin nombre
que cargué como a hijo ciego.
A veces cae en mis hombros
una humedad o un oreo
y veo en contorno mío
el cíngulo de su ruedo.
una humedad o un oreo
y veo en contorno mío
el cíngulo de su ruedo.
Pero tal vez su follaje
ya va arropando mi sueño
y estoy, de muerta, cantando
debajo de él, sin saberlo.
ya va arropando mi sueño
y estoy, de muerta, cantando
debajo de él, sin saberlo.
Gabriela Mistral, incluido en Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1970 (Alianza Editorial, Madrid, 1971, selec. de José Olivio Jiménez).
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¡Magistral!
ResponderEliminarQue rima con Mistral, jajajaja. Un abrazo.
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