Hemos reservado una habitación cerrada para esconder la cordura.
Bajo llave se tiene la seguridad de mantener ciertas
conductas. La obscenidad y la manía deben estar cerca. No
permitirle ninguna salida, así ningún otro puede poseerlas. Me
jurungo el corazón, vaso de obsidiana, dentro presiente a las
tías de pies llagados y las evita, no interpreta signos, no cree en premoniciones.
Es la advocación de lo inaudito, la clonación del tormento.
María Ramírez Delgado en Violencia (2017), incluido en Nos siguen pegando abajo. Brevísima antología arbitraria. Colombia-Venezuela (LP5 Editora, Chile, 2020, selec. de Néstor Mendoza y Gladys Mendía).
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