Pocos fueron nuestros cincuenta años,
Penélope mía, mi bien amada.
Pocos me parecerían también cincuenta siglos.
Sólo sería justo que nos hubiesen dado
la eternidad. Pero ella sola.
Desde el cielo, fuiste destinada
por Aquel que todo lo dispone,
a hacer dichosa mi vida.
A levantarme hasta mi propia altura
y a hacerme digno de tí,
para que yo fuese tu feliz compañero
en el camino de la vida que emprendiste conmigo.
Y yo, como criatura semejante a ti,
gozaré con ser tu digno acompañante.
Andreas Laskaratos, incluido en Antología de la poesía griega. Desde el siglo XI hasta nuestros días (Ediciones Clásicas, Madrid, 1997, ed. de José Antonio Moreno Jurado).
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