miércoles, 2 de abril de 2025

Poema del día: "Niñez ciega", de Sabine Huynh (Francia, nacida en Vietnam, 1972)


Soy de una niñez sin nieve.
Todos los días trenes huían
cruzando campos de hierba
seca. Una niña de rincón,
niña jugando en el corazón
de una ciudad gris y grave.
¿Por qué la llamaron «Mis Ojos»?
El miedo de piedras malvadas
brillaba en los de perros sucios.

Una niñez de polvo de lana.
Siempre flotaba en nuestra casa.
Se callaba la calle cuando
volvíamos mis hermanos y yo.
Silencios como gritos subían
las escaleras que crujían
tristemente hasta mi cuarto.

Podía ver el jardín soñando
de flores, imaginando que
mis hermanos llegarían a
las cerezas verdes y duras
antes de los pájaros negros.

Nunca gastaba mi dinero
de bolsillo en bagatelas
alegres. Con esto intenté
comprar el amor de mi madre
enferma apagada loca.
Cumpleaños, día de las madres,
navidad, le ofrecía jabón
de rosa para que cuidase
de la suavidad de su piel
que nunca me dejó tocar.

Sabine Huynh, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 3, marzo 2021, Chile, versiones de la autora).

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martes, 1 de abril de 2025

Poema del día: "La extraña", de Suzanne Alaywan (Líbano, 1973)


Llevé el ataúd de mi infancia
sobre los hombros
y anduve en el funeral de mis sueños.
Me siguieron niños,
aves,
y mi sombra,
que se negó a ser sombra
de una niña muerta.
Llevé mi pequeño ataúd.
Mientras anduve encontré
corazones que desconozco,
caras que no recuerdo.
Anduve,
y nadie me reconoció.
El alba, como yo, es pálida,
y el verde río parece
el marchitarse de tus ojos.
La herida del sol
cuando sale
no se parece a nadie.
Los equipajes se parecen,
los billetes,
los aeropuertos,
y las noches de soledad a la sombra
de una extraña luna.
Las cartas de los amigos se parecen,
las lluvias de invierno,
las cafeterías,
las tiendas,
las caras de la gente en la muchedumbre...
Extraña y sola, yo
no me parezco a nadie.

Suzanne Alaywan, incluido en Diván de poetisas árabes contemporáneas (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 2016, ed. y trad. de Jaafar Al Aluni).

Otros poemas de Suzanne Alaywan


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lunes, 31 de marzo de 2025

Poema del día: "Querido cielo", de Taghrid Abdelal (Palestina, 1984)


Miraré a tu espalda
si te acercas aquí abajo un poco más.
Dios está demasiado lejos como para darse cuenta.
Ven más cerca
para que los credos tejan tu verdadero cabello,
para que puedas escuchar mis susurros en el oído de mi amante
pidiéndote que des un paso más.

No seas el Séptimo–
aquel cuyos vestidos
algunas mujeres sujetan mientras derraman
su fragancia sobre los hombres.
Siempre hay una mujer
que se precipita hacia ti.

Estaba contemplando tu moteada cola,
aguardando que planetas
aparecieran en tu gris final–
no seas el Séptimo
ni el último,
cambia tu número exterior
y también el forro interior de tu cubierta.

De cualquier forma, el mar te dará alcance
y no te tomará por mujer alguna.

Hay un columpio colgando cerca tuyo.
Y en lo que llamamos Tierra
hay otros cielos además de ti:
¿Por qué los libros han elegido darte
un único nombre?

La meta, el más allá
me han ayudado a verte desde donde estoy.
Lo cual está bien
siempre y cuando no seas nada salvo espalda, un revés
con dos hombros,
largo cabello y sentado.

Taghrid Abdelal, incluido en Círculo de poesía (México, 7 de mayo de 2023, trad. de Gustavo Osorio de Ita).

domingo, 30 de marzo de 2025

Poema del día: "Fuga postmoderna III", de Angela Marinescu (Rumanía, 1941-2023)


Entré en la poesía por la puerta de atrás
con una sonrisa solitaria.
salían de debajo de mi falda, como trapos,
los grandes temas, como la enfermedad.
hacía tiempo que me rondaba la enfermedad y se había cobijado
en mis pulmones y en mi alma.
mis pulmones y mi alma están enfermos.
escupía sangre en las paredes de la casa, salpicaba
las ventanas con nubes de sangre
y quería entrar por la fuerza en tu jardín.
por mis venas se deslizaban las sierpes teutónicas
del bacilo devorador de tejido pulmonar
pero yo te deseaba y me estremecía en mis propios ojos
ante los ojos de la muerte.
¿podrías intentar disipar la duda que hay en mi alma
como si fuera una pequeña carroza de oro
que encierra a la reina de tu alma?
¿podría deslizarse esta carroza delante de mí
justo cuando el cielo se oscurece y, enloquecido, deja caer relámpagos?
Señor, ahora paso por alto cualquier indulgencia
cualquier ley e incluso
el temblor fijo en tu ojo izquierdo
cuando cierras el ojo derecho
con una voluptuosidad sin igual.
te paso por alto a ti. paso y paso.
¿por qué tomarte en cuenta si incluso
dicen que eres una gran ausencia?
pero esta ausencia llega como una oveja, como un rebaño de ovejas,
como un tren repleto de animales atrapados entre placas
grandes de piedras
y se arroja, solo una vez, a mis pies.
Señor, qué placer cuando la oveja se deja caer sobre su panza
y la frota contra mis piernas.
en la puerta de atrás de la poesía colgué diademas
de flores perfumadas
y pieles de animales recios, despellejados. adorné
como pude esa puerta
la unté con un lago profundo y me fabriqué
un sistema de espejos
en que mi cabeza parece estar separada del cuerpo y está,
así, con los ojos desorbitados,
por encima de la puerta.
se me petrificó la cabeza sobre la puerta barnizada
con un lago profundo.
se me petrificó la sangre en la cabeza.
se me petrificó el ojo mientras miraba.
se me petrificó la mano mientras trabajaba.
se me petrificó la poesía.
si hay poesía, entonces tu espada pende
sobre mi cabeza petrificada,
con los ojos desorbitados y petrificados y con la boca petrificada.
la luz se desliza por debajo de la puerta, viene,
se junta y así ruge; hagas lo que hagas
por mucho que huyas, por mucho que busques, eres una idiota
(metafísica) que sufre intensamente.
quieres dejar de escribir, quieres ser, nada más,
pero, precisamente por eso, te digo, tienes que escribir
para ser y ser para escribir.
tú eres la carroza de oro detenida delante de mi puerta petrificada.
tú eres el mantel reluciente, negro,
con borlas,
de la habitación del medio. tú eres la casa de dentro de la puerta.
y dentro de la puerta, estoy yo.
o dentro de mí, está la puerta.
está clavada, bien abierta de piernas,
con un arma en la mano.
está bien segura de sí misma y se sostiene en mí.
eso es lo que pensaba mientras, petrificada, la cabeza
miraba embobada hacia adentro.

Angela Marinescu en Me como los versos (2024), incluido en Aullido (Internet, 27 de noviembre de 2024, trad. de Corina Oproae).

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sábado, 29 de marzo de 2025

Poema del día: "Arcángel", de Jean Valentine (Estados Unidos, 1924-2020)


Está oscuro aquí dentro,
tu halo parece un plato pando.
Quizás aún estamos ahí.
¿Fue eso un relámpago?

Te pareces a un gato cuando duerme.
No estoy durmiendo. ¿Estás leyendo?
Estoy buscando este poema
sobre un gato. Espera un momento.
Sigue.
Puedes leer para mi todo lo que quieras.

Entonces fue un relámpago.
¿Eres tú?
¿Rodando sobre la yerba?
Me gustas cuando ríes.

¿Es este el lechoso amanecer?
Ángel.
¿En el libro?
Es la mañana. Mira.
¿A dónde llevan esa roca?

¿Dónde vas?

Jean Valentine, incluido en Arquitrave (nº 69, abril-julio de 2021, Colombia, versiones de Harold Alvarado Tenorio).

Otros poemas de Jean Valentine


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viernes, 28 de marzo de 2025

Poema del día: "Y el amor pendía aún como un cristal...", de Louis MacNeice (Gran Bretaña, 1907-1963)


Y el amor pendía aún como un cristal sobre el lecho
Y llenaba los rincones de la enorme habitación;
El estruendo del alba que la dejó durmiendo, muestra
Las flores reflejadas en la mesa de caoba.

¡Oh mi amor!, si solamente yo pudiera
Tras la pasión prolongar esta hora de quietud,
No racionar la felicidad, sino guardar esta puerta eternamente
cerrada al mundo, con su propio mundo dentro.

Pero las ondas del alba turban con su burbujeante minuto,
Los nombres de los libros se aclaran en los estantes,
La razón clama por el deber y tú despertarás
Con un sobresalto y proseguirás tu propia vida.

El primer tren pasa y las ventanas gimen,
Amenazarán voces y tu voz será un tambor
A tono con las demás, las que anoche,
Como savia ramificándose por el hambriento árbol,
Afirmaron nuestra identidad de una noche.

Louis MacNeice, incluido en Antología de poetas ingleses modernos  (Editorial Gredos, Madrid, 1963, trad. de Elena Ivulich).

Otros poemas de Louis MacNeice


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jueves, 27 de marzo de 2025

Poema del día: "La casa soleada", de Charlotte Mew (Gran Bretaña, 1869-1928)


Blanca, más allá de la puerta brillaba y dormía
cegada por la luz solar. Las flores del jardín sedientas,
lechos de pétalos caídos sin barrer,
como niños a los que ni se cuida ni se ama.
Atravesé las horas soñando dos hortensias azules
bajo las ampollas de la incandescente puerta marrón.
Nos quedamos aquí vigilando, no había nadie en la ciudad
interesado en si era de noche o de día,
aunque no fuesen a admitirlo.

Pero yo, la extraña, supe que debía quedarme.
Deambulé por las veredas llenas de hierbajos,
hasta el atardecer; solo tengo una duda:
me apetece muy poco escuchar este aullido pequeño,
pero de una ventana alta salió volando un pájaro,
así que seguí mi camino.

Charlotte Mew, incluido en Antología de poetas inglesas del siglo XIX (Alba Editorial, Barcelona, 2021, trad. de Xandru Fernández y Gonzalo Torné).

Otros poemas de Charlotte Mew


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