Me acuerdo... -¡a qué hora del día no está delante de mis ojos!- me acuerdo de aquella manera que tenía de levantarse el cabello con sus débiles dedos, ¡tan pálidos!
Me acuerdo de la noche que pasó con la mejilla sobre mi seno, tan dulcemente, que el placer me tuvo desvelada. Al otro día su cara guardaba la huella del pezón redondo.
La veo, con la taza de leche en la mano, mirarme de lado, sonriente. La veo, empolvada y peinada, abriendo sus grandes ojos delante del espejo, y retocando con un dedo el carmín de sus labios.
Mas, sobre todo, mi desesperación es una tortura continua, porque recuerdo a cada instante cómo desfallece en brazos de otra, y lo que le pide, y lo que le da.
Pierre Louÿs, versión de Juan Ramón Jiménez, incluido en Música de otros. Traducciones y paráfrasis (Editorial Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores, Barcelona, 2006).
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