Alguien está a la puerta de mi casa.
Me he levantado en medio de la noche
y lo espío a través de los visillos.
Alguien llama al portal, llama a mi casa,
y yo escucho sus golpes sin abrirle.
Hay alguien en la calle que se oculta
en la noche sin luna y que me llama,
alguien que no conozco, alguien extraño.
¿Por qué, entonces, me inquieta su presencia?
¿Cómo sabré que es a mí a quien llama
si no es por mi temor, por esta angustia
irreal como un sueño, inexplicable?
Sí, quizás es un sueño y nadie llama,
o es un sueño y yo mismo soy quien llama
a una puerta que nadie ha de abrir nunca,
pues la cierra el temor, y él es la llave.
Miro afuera y no puedo ver su rostro.
Miro arriba y veo los visillos
y una sombra tras ellos que se oculta.
Solamente una sombra.
Abelardo Linares, incluido en El Dios del mediodía. Fe y creación poética en Andalucía (Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1997), incluido a su vez en Al celebrar tu memoria. Poemas para domingos y fiestas (Editorial Sal Terrae, Santander, 2005, ed. de Casiano Floristán).
me gustan las poesías, también sin rimas ni prosas, así como esta que parece un cuento
ResponderEliminarSi, es un poema que transmite sensaciones.
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