que a la fresca Troya descienden
y atraviesan dos corrientes donde el Escamandro
burbujea entre las piedras una tibia
la otra congelada hasta en primavera
Allí lavan sus ropas los del pueblo
sobre esas piscinas de lisa piedra
El rio conoce sus voces
pero allí mató el divino Aquiles tantos hombres
Parado en su desembocadura con grosero acero
Allí hizo rodar sus cabezas hasta que el agua
bulló de odio y alzó sus olas
ahora todo este rio es tumba
Las mujeres en las piscinas
cuando escuchan al río correr
lloran como hombres en sus recámaras
recuerdan a Tersíloco yaciendo
en una oscuridad rápida e infinita
entre el estruendo de las piedras
Recuerdan a Midón ese rostro aterrado
que arrastran más allá de la vista bajo los tamariscos
y a Astípilos tapando el canal
Mnesio rodando por la arena Trasio perdido entre cieno
Ainios cae de cabeza entre aguas negras
entre peces que lamen
y el último aliento de Ofelestes
burbujas plateadas que apenas perturban la superficie
Toda esa hermosa armadura bajo el agua
Todos esos huesos blancos entre el lodo
y en lugar del sepulcro,
hay un chipe bebiendo la profanación inconsciente
Alice Oswald en Memorial (2011), incluido en Revista Poesía (30 de diciembre de 2024, Venezuela, trad. de José Mestre Infante).






