A la deriva del lenguaje.
Atrapada en mí misma
como si caminara alrededor de un íncubo
como si mi destino no fuera el tuyo
Dédalo: piélago
ápice
espejismo.
Guiada por el rumor de la sangre
a tientas
entre glorietas y cenotafios.
Sin relieve
sin sujeto
sin aliento.
Me abrí paso en el mapa del dédalo
en la abrupta geografía de la ficción
en la mazmorra de mi temperamento.
No es poesía lo que aquí se busca
sino lo arcano
el dédalo después de la tormenta
el mascarón de proa
el desdoblado boceto del infierno.
Del comercio con los ángeles
me viene este escozor en los genitales.
La máscara interroga al rostro.
No es poesía lo que aquí se busca sino la busca.
No es poesía lo que aquí se busca es un oráculo.
No es poesía
lo que aquí se busca es un atajo.
Dédalo es mi autobiografía.
Del Pop al Zen
clamo por "la degollación de los epítetos".
Por la regurgitación.
Por el esplendor de la carne.
Por lo que hay en mí de perdurable, Amén.
Al comercio entre lo Moderno y Post
y a sensibilidad tan aviesa
debo tu atribulada geometría.
Ábrete
entre resuellos y soflamas
Sésamo.
El pecho escaldado por el romanticismo,
apuraré de un sorbo esta agonía breve.
Moderna Musa de la Inclemencia:
yo te revelaré, yo te escanciaré
un veneno más dulce que tus ascuas.
Los prismáticos apuntan al Apocalipsis.
Mi voto es la indigencia.
Después de la orgía
Después de la pureza
Después de la utopía
Después del después.
Sigilo e indolencia son mis votos.
Galimatías del Verbo.
Coros del Hazmerreír.
Un tubo de píldoras jamás abolirá el azar.
No hay sarcasmo.
El azar azar abolirá.
Si lo he soñado todo.
La carne es triste y ya vi todas las películas.
La dicha es ciega y yo estoy hecha de ojos.
Susana Arévalo en Dédalo (1999), incluido en Poetas argentinas (1940-1960) (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2006, ed. de Irene Gruss).
Otros poemas de Susana Arévalo
Bajorrelieves (II)
Un mascarón de proa.
ResponderEliminarCuantas buenas poetas desconocidas.
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