Encienden las velas una por una bajo el hielo,
y han elevado hasta tus ojos un estandarte de vidrio.
Las velas se consumen una por una bajo el hielo.
Siluetas se inclinan sobre la cuna mientras
las sombras de los árboles invernales oscurecen tus mejillas.
Todo lo que te han dicho –o susurrado al oído–
te privará de tu derecho de echar una última mirada.
Así que párate en el hielo
sin mirar atrás.
Oksana Yefimenko, incluido en Periódico de poesía (14 de noviembre de 2022, UNAM, México, versiones de Alberto Paredes).
Tristemente triste.
ResponderEliminarPues sí, está pasando.
Eliminar