Hay un bestiario dormitando en tu pecho
donde vacas lloran y becerros pastan glóbulos blancos
Del techo de tu cueva dermis gotea miedo
Drip drap drap drip
Hay que beber ahora que duele
Los focos de tus habitaciones están fundidos, pero a las polillas no les importa, quieren recordar a qué sabe casa
Mayates papalote rasgan la furia del cielo y zumban retumban matracosos, cómo te recuerdan a tu madre
Y te chupan los tábanos como chupas el hueso del mango,
te sacan el significado atragantados, total te imaginaste siempre más cáscara que pulpa
Ya mija, come algo
Hay una bestia agazapada que ruge molesta y te rehúsas a probar bocado
Aves de carroña huelen la anemia en tu sangre, no te vayan a picotear la angustia
Una mordida al aire dejó marcados los colmillos
Y es que todos sabemos que el aliento se le añeja hasta a los cachorros,
no hay que ser perro viejo pa que se haga nata el alma.
Hay un bestiario dormitando en tu pecho y mientras los canes huelen miedo, el miedo se olfatea a sí mismo.
Silvia Castelán, incluido en Novísimas. Reunión de poetas mexicanas (1989-1999) (Los libros del perro, México, 2020, ed. de Zel Cabrera).
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ResponderEliminarY la del XXI más,
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