¡Oh, cómo nos gustaba, de pequeños,
jugar en el patio de mi casa!
Sentir mientras corríamos la caricia
de la hierba cubierta por la escarcha.
Jugando agotábamos el día,
rodeados de flores y de plantas,
hasta que el abuelo iba a buscarme
y me llevaba de la mano a casa.
¡Y cuántas veces me tentó mirar,
como él, por encima de los muros.
“Sé paciente, pequeña”, me decía,
“ya tendrás tiempo para ver el mundo”.
Pasó el tiempo. En la tierra y en los mares
se saciaron mis ojos de admirar;
¡mas nada de lo que ellos descubrieron
valía lo que el patio de mi hogar!
Lydia Koidula, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, abril de 2020, Chile, versión de Albert Lázaro-Tinaut).
Otros poemas de Lydia Koidula
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
Hermoso. Así es, la nostalgia de lo vivido en la infancia.
ResponderEliminarDe una gran belleza si. Me alegro de que te guste, un abrazo
Eliminar