Nosotros no sabemos por qué no creen que este mercado es bueno.
Nosotros sabemos nuestro gusto. Nuestro gusto es hacer cada día el trabajo del día, cortarnos el pelo y no querer ojos azules y ser razonables y obedientes. Obedecer y no pararnos en pelillos. Este es nuestro deber y nuestro gusto.
Cada día nos levantamos y decimos hoy estamos despiertos. Con esto queremos decir que nos hemos levantado temprano y nos hemos levantado tarde. Tomamos el desayuno y fumamos un puro. Eso no es así porque nosotros lo llamamos con otro nombre. Nos gusta el campo y somos gente apremiada. No se incomode por nada. No me incomodo. Querida.
Le hemos dado esto.
Sí.
Le doy esto.
Sí.
Usted deme esto.
Sí.
Sí señor.
Por qué digo sí señor. Porque le agrada.
Cuáles son las letras de mi nombre.
O. y c. y b. y té.
Guiando un museo ni una perla allí.
Lléveme a Sevres no desespero.
Esto no debe ponerse en un libro.
Por qué no.
Porque no.
Sí señor.
Por favor sea rico.
Soy.
Yo también soy.
Por supuesto tú eres mi amor.
Por supuesto tú lo eres.
No me es necesario decir qué buena nena.
Feliz Año Nuevo.
Gertrude Stein, incluido en Antología de la poesía norteamericana (Fundación editorial El perro y la rana, Venezuela, 2007, selec. de Ernesto Cardenal, trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal).
Otros poemas de Gertrude Stein
Bonne Année (pieza de teatro), Charla española, Discurso de apertura, Estanzas en meditación (VI), La madre de nosotros todos
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