mal diseñadas, veloces bajo el fardo de nuestros aderezos:
símbolos de paño, mortajas,
música ligera con muchos violines y un coro de mujeres.
Pero el movimiento roza apenas la superficie de las cosas,
es la malla donde prendemos los ojos,
una especie de venda.
El bosque que conducía a la iglesia está bajo el cemento –
¿no lo oyes respirar?
Todo lo que crece sobre la tierra tiene la misma vocación,
las casas, el pasado el cuerpo en todo caso:
cualquier cosa segura desde el principio.
Y las plazas, que estaban al fondo de la noche,
es hacia donde vamos toda la vida
Rui Pires Cabral, incluido en Arquitrave (nº 44, agosto de 2009, Colombia, trad. de Uberto Stabile).
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