amigo, calado hasta los huesos
por el agua ácida.
Si en la rama canta un tigre
solo, sin su casta numerosa
a mano.
Si en la rama muere un lobo
dorado, con los dientes perfectos.
Si en la rama frente a la ventana
del padre
piden por favor un poco de leche
de vino, un poco de desconfianza
ante la ley irresistible
llama al padre, ponle la vista
en ese fuego, espera
su respuesta muda
temblando como una mujer
como cualquier criatura
en su desvalimiento.
Sigfredo Ariel, incluido en Poesía cubana de los años 80. Antología (Ediciones La Palma, Madrid, 1994, ed. y selec. de Alicia Llarena).
Otros poemas de Sigfredo Ariel
Contribución a los Encuentros en La Habana (fragmentos), Danzón del nuevo vedado, Goriot, el padre, La luz, bróder, la luz
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WOW me gusto mucho se nota que el creador de este blog tiene gustos muy buenos espero que sigas mejorando sigue asi!
ResponderEliminarGracias, mejorar, después de los cientos de poemas que llevamos, va a ser difícil, pero se intentará.
EliminarTe conozco hace muchos años. Mantenerse es mejorar! por qué no? Feliz año! seguro que consigues apaciguar muchas almas con este nuevo tema de los animales. Mi perrita falleció este año COCO. Tal vez le haga un peoma con tu permiso.
ResponderEliminarVaya, siento lo de Coco, es duro que nos dejen tan pronto. Escríbele muchos poemas, eso te quedará de ella. un abrazo.
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