Ahora me doy cuenta:
un fantasma que ronda los palacios termina por echarse cansado en el primer trono que encuentra,
mientras afuera —basta asomarse a la ventana para verlo— sigue nevando.
Quien se quedó afuera golpea la puerta:
“no soy una causa”, dice, “no soy una cita”, agrega, “no soy lo que piensan”, golpea,
pero la puerta no es al muro lo que son los labios a las palabras,
y vuelve a andar como un fantasma que ronda los palacios.
¿Murmura lo que gruñe o es que tose el balbuceo que grita mientras calla y escupe?
La palabra mágica que abre la puerta no está en ningún libro:
a veces, una huella la graba sobre la nieve pero se borra fácilmente,
a veces, una charla intrascendente la nombra pero nadie se da cuenta.
Alberto Szpunberg en La Academia de Piatock (2010), incluido en Caravansari. Revista de poesía contemporánea en lenguas peninsulares y árabe (nº 1, primer semestre de 2006, Associació Cultural Caravansari, Barcelona).
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