Sobre los árboles que les cobijan
Los búhos en fila permanecen,
Igual que dioses extranjeros,
Con la pupila roja, meditando.
Inmóviles continuarán
Hasta la hora melancólica
En que, empujando al sol poniente,
Se extenderán las tinieblas.
Su actitud enseña al sabio
Que ha de saber desconfiar
Del tumulto y el movimiento;
Ebrio de una pasajera sombra,
El hombre merece el castigo
De no haber conservado la paz.
Charles Baudelaire en Las flores del mal (Alianza Editorial, Madrid, 1984, versión de Antonio Martínez Sarrión).
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