antes que la palabra,
abrevaré en su propia boca,
entonces nacen las cosas,
las palabras el mundo.
Digo: siempre en el poema
escucharé el silencio antes que las palabras
y tú respondes: si existe un dios
es allí donde habita.
Yo descubro la exacta vertiente
de la sombra y de la luz,
donde termina, donde comienza,
y el silencio palpita como el mar
en su vientre de sal,
palpita como el ala de un pájaro
domesticando lentamente el cielo,
como el viento la tierra la vida
y si existe un dios
es allí donde habita
Amina Said, incluido en Voces del Sur. Aproximación a la poesía africana (Biblioteca Virtual Omegalfa, Internet, s. a., ed. de Equipo Fénix, trad. de Rafael Patiño).
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No sé por qué, no me gustan los poemas que tratan sobre poemas. Es como una tautología. En este caso parece un canto al silencio, quizá a lo que las cosas nos dicen sin palabras, sin necesidad de palabras. Esta parte es muy sugerente. En mi opinión ganaría si se suprimiera esa parte de "Digo: siempre en el poema...". Insisto, un poema que trata sobre un poema es una redundancia.
ResponderEliminarSandra Suárez
Sí, al hablar de la palabra y el silencio ya sabemos de que se trata, no? Un abrazo.
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