No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
Alejandra Pizarnik, incluido en Las palabras de Miriam (Ediciones Torremozas, Madrid, 1999, ed. de Marjorie Agosin).
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¡excelente!
ResponderEliminarsaludos
Una joyita, si. Un abrazo.
EliminarMe ha recordado a este:
ResponderEliminar'Aunque es tarde, es noche,
y tú no puedes.
Canta como si no pasara nada.
Nada pasa.’
(A. Pizarnik)
Gracias por compartir.
Si, parece trabajado en la misma línea. Muy perspicaz.
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