Para Aviles Ramírez
La i, es un mástil sin velas;
batuta de una iglesia
en el ritmo de estrellas.
En i, ríen de nosotros
los otros que se olvidan
que están sobre la tierra.
La d, es gran señora
soportando su vientre:
preñez de aristocracia.
La U, es noble imán
que habita en la laguna
cuando riela la luna...
La Ñ, es una N
que ha levantado el vuelo.
La S, sensible sensitiva
como un trazo de sierpe.
La K, habla en kaki,
y hace pose de kanguro.
La e, vieja achacosa.
La a, es lo que somos.
En la T, murió Cristo;
de angustias es teatro.
La X, son los caminos
que nos parten la vida,
X placer
llevo en mi nombre.
La Q no está resuelta
es más incógnita que X.
La L, es todas, todas,
las heridas de la tierra:
y de lanzas y puñales...
La C, está incompleta.
Por debajo de la M
pasan todos los ríos de la tierra.
La O, es la tragedia;
risa hueca de payasos:
¡Oh, admirable,
sucesión de tragedias!
o, pupilas eternamente
abiertas de los muertos...
Max Jiménez en Sonaja (1936), incluido en Poesía centroamericana y puertorriqueña. Antología esencial (Visor Libros, Madrid, 2013, ed. de Selena Millares).
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Excelente poema, revela ingenio y profundidad.
ResponderEliminarLa Q es una aldaba de la puerta y donde llamas tu.
ResponderEliminarBonito poema!!
Un juego poético con profundidad, si.
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