Seguí al astro en su curso
sobre las colinas
y vi las explanadas donde fructifican
perales y ciruelos y el follaje de las papas
limitando con las flores lilas de los campos de habas
entre huertos de col y lechugas
y entre la férrea disciplina de sus cañas
las barbadas mazorcas del maíz
y el ganado salía de los establos
y miré a la ordeñadora con los baldes llenos
se sucedieron los áridos parajes
las pequeñas lagunas frías entre los pajonales
el bramido de los vientos encrespados
sonando en las quebradas
el rumor de las ocarinas ese lamento
en las chozas de los ovejeros
allí los rostros amoratados
emergiendo de los ponchos de los sombreros
donde anida el piojo
y luego otra vez descendí vertiginosamente
entre el frailejón y las chucas
por la maraña de arbustos espinosos
descendí por la vía de los arroyos
entre matorrales de borraja de zarzamora de hortiga
entre helechos
y bajé a las tierras cálidas
las tierras de la caña
y en los trapiches bebí el aguardiente
junto a los ríos que se precipitan
y fui por los bosques olorosos a esperma
perfumados con la fermentación de las mazorcas de cacao
con el licor de los racimos de guineo en maduración
y recorrí las guardarrayas
padeciendo la sofocación bajo los árboles
el cedro laurel el guayacán la balsa el matapalo
y crucé los esteros sobre los puentes de cañaguadúa
y los amplios ríos por los vados
allí el sol en el cénit resplandecía
en las amarillas flores del algodón
y en el follaje la acrobacia de los monos titíes
el griterío de los papagayos
el arcoiris replegado en su plumaje
cada especie en su dignidad
y entre las ramas del moral alistándose
vi al tigrillo que afilaba las garras
y a mis talones silbó la víbora
el ave levantó el vuelo
chilló en el aire
Iván Carvajal, incluido en La poesía del siglo XX en Ecuador. Antología (Visor Libros, Madrid, 2007, ed. de Edwin Madrid).
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una pintura naturalista
ResponderEliminarsaludos
Vibrante, si.
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