domingo, 11 de agosto de 2024

Poema del día: "Puente Negro", de Ondřej Macl (República Checa, 1989)

I

El mundo lleno de dioses.
¿Había traicionado a algunos de ellos?
fue por el bien del único
que vivió y murió en mi familia.

Mi mundo había sido destruido
el agua se lo había llevado todo,
agua el último en saber sobre mi mundo,
algo más que un mero recuerdo,
agua por todas partes,
porque no puedes entenderme.

Y, sin embargo, un llamamiento.
Las negaciones son apelaciones.
Me niego: te lo ruego.
Yo expulso: por favor quédate.
Guardo silencio: escucha.
Esquivo: abrázame.
No solo paradoja.

Como si el agua diluyera lo esencial
en algo mate.

Y sobre todo en momentos
sin suelo bajo mis pies,
me siento obligado a reflexionar
sobre la construcción de puentes.

El primer puente de la historia
era un árbol talado.


II

“¿Quién trabaja de noche? Sólo putas y ladrones”, dijo un político.
La buena gente debería dedicar sus mejores horas al trabajo, en nombre de la sociedad.
Las noches son demoníacas. Tome sus pastillas para dormir en caso de sexo o televisión.
No te duermas, la clave es callar y no salir de casa.

¡Ay de los que tienen miedo de la noche!
Que nunca traspasó la oscuridad de la noche con un grito ansioso.
Que nunca se vieron a sí mismos como ladrones y prostitutas,
prefiriendo ofender a todos los porteadores, cuidadores,
conductores nocturnos, enfermeras de hospital,
obreros y otros ángeles...

La noche es un abismo. La noche es un vértigo.
La noche pertenece a soñar, celebrar y amar.
Por la noche se abren tumbas llenas de tesoros.
Y las estrellas fugaces muestran el camino.
Una serpiente se cuela en la noche, enviando ondas a sus orillas.
La noche la crean los andamios de las ciudades.
Es el único y último poema.
La única locura aceptable.

Por la noche soy alguien más que el que conozco.
Por la noche no me reconozco.
Me aferro a las sábanas arrugadas, susurrándoles a besos,
queriendo gritar a los cielos, causar una catástrofe,
apaga las alas de las mariposas...

Y cuando la oficina de empleo me amenazó con perder mis días,
saqué lo mejor de mis noches, convirtiéndolas en horas de trabajo.
En general, no tengo idea de qué hacer con ellos de todos modos.
Y mientras otros se ahogan en los remolinos de la noche del viernes,
voy a la deriva del atardecer al amanecer arriba y abajo del puente negro.

Sois mis hijos.
Sois mis hijos mayores.
Hijos enfermos que ningún padre desea tener.
Eres el hazmerreír de los niños de verdad.
No puedes ser excluido, tampoco puedes integrarte completamente.
Si comete algún tipo de error, rechazo todo lo que es correcto.

Ondřej Macl, incluido en Liberoamérica (16 de enero de 2021).


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