En la noche, que es húmeda,
ni una hoja se mueve; grandes charcos
dejó la lluvia en la ardorosa tierra
y hasta ellos vienen a beber los astros.
Sólo el alma, en vigilia,
se inquieta ante el silencio de los campos.
Por el viejo camino
alguien cruza a caballo
y parece en fragmentos dividida
la noche; en el agua se quiebran
los luceros al golpe de los cascos
y la unidad nocturna
vacila como herida por relámpagos.
Poco a poco la noche
funde de nuevo todos sus pedazos,
mientras se extingue lentamente el ruido;
el agua chapoteada
sus espejos sosiega en cada charco
¡y trémulos y fúlgidos
van retornando los sedientos astros... !
¡Y el alma vuelve a su vigilia inquieta
como un lucero que quedó temblando!
Mercedes García Tuduri, incluido en Cinco poetisas cubanas (1935-1969) (Ediciones Universal, Miami, 1970, ed. de Ángel Aparicio Laurencio).
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