La ciudad me amanece. Por la cicatriz de la cortina me deslumbran sus tinieblas. De fondo, el rumor indigesto de la humedad contra metal, de la humedad contra caucho. Invoco pensamientos centrífugos que las sábanas equilibran. Doblegar esa tensión y entregarme ahí fuera sólo puede venir de un gesto reflejo o de un impulso rescatado al sur del ánimo. En la espera, me conformo con sortear la onda expansiva del desplazamiento de este segundero.
Sonsoles Hernández Barbosa, incluido en Nayagua. Revista de poesía (III época, nº 25, mayo de 2017, Fundación Centro de Poesía José Hierro, Getafe).
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