Que amor uno pueda hacer
de dos amantes ingenios,
y más siendo unos los genios,
nadie le duda el poder.
Pues si esto así puede ser
cuando uno al otro así quiere,
sin duda alguna se infiere
que por más que uno se prive
al morir, todo no vive
al punto que el otro muere.
Montalbán, pues esto es cierto,
¿quién es aquel que no vio
lo mucho que en ti murió
cuando al gran Lope vio muerto?
Así con razón advierto
al mundo que, cuanto a mí,
morir dos veces os vi,
¡quién tanto visto no hubiera!:
en Lope, tú, la primera,
la segunda, Lope en ti.
En tanto extremo notamos
cuanto sentir os hicistes;
pues si dos veces moristes,
nosotros cuatro os lloramos;
a la fortuna culpamos
de sernos tan importuna,
y responde la fortuna
que era injusto que se viese
que dos veces no muriese
quien ha de vivir más de una.
Dorotea Félix de Ayala, incluido en Las primeras poetisas en lengua castellana (Ediciones Siruela, Madrid, 2016, ed. de Clara Janés).
¡Clásicos versos mortuorios de Dorotea Félix de Ayala, española!
ResponderEliminarNo está mal de vez en cuando volver a lo clásico.
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