Huelo mi puño y la carne que aprieta
rata negra sobre mi ombligo
badajo de los días en esta polaroid
es mi casa mi casa,
o quizá mejor, un cascarón.
Sigue la lluvia mientras tu faz amarillea
pero sonríes, tonta.
Eclosionar, palabra que aprendí después y su mano
de mariposa
sostiene una campana que colgará como timbre.
Mi madre de cereza y, ¿qué hago yo aquí?
Un día maman llegó a casa con una jaula.
En el pasto, la huella de un hombre vencido,
las piernas que lo condujeron hacia su propio sepulcro.
Un paso más antes de despeñarse.
Estará mejor a solas.
En cambio nosotras: siempre hemos sabido abrazarnos.
Shh, shh. Mi ratita… mi ratita duerme.
Si hay algo podrido en este lugar, que el cielo nos ayude.
Y era su barriga lila.
Su barriga de terciopelo y espigas blancas
la brisa que baña torpe con su rocío gestante.
Ahora caen las hojas, ¡ay! El verde, verde estéril.
Y nuestro establo sucio y lejos tu voluntad de amamantar.
Cindy Hatch, incluido en Novísimas. Reunión de poetas mexicanas (1989-1999) (Los libros del perro, México, 2020, ed. de Zel Cabrera).
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