Me voy alejando cada vez más de lo que una vez fue mío.
Soy una orgullosa ciudadana del mundo.
Mi lengua materna se ha quedado aplastada
Bajo el montón de lenguas que llevo a mis espaldas.
¿Alguna vez te has sentido así?
Que una vez, ya no sabes ni cuándo,
Te tocó traspasar el umbral de tu casa
Y dejar atrás la moqueta desgastada.
Y era muy cómodo respirar el aire fresco de las montañas,
Jugar a no sé qué juegos en el colegio cercano.
Lo que una vez fue mío ha salido volando,
Como el globo inflado que me compraron en una de las tantas ferias de viernes.
Siempre me quedará el recuerdo de lo que una vez fue mío,
Aunque la realidad cruda sea:
Que el presente no tiene el mismo sabor dulce y tentador del pasado.
Se acabaron los juegos, se acabaron las charlas
Con mis amigos de la infancia hasta tantas horas de la mañana.
No pasa nada.
Soy el ejemplo vivo
De que se puede llegar a la otra parte del mundo en pocas horas.
Puede parecer sorprendente pero nadie dijo que no,
Hoy en día es posible todo.
No es como irse a Marte,
Se vive de la misma manera y se respira el mismo aire.
He dejado tantas cosas atrás,
Ahora solo me queda mirar el horizonte, seguir mi camino y no parar.
Conozco este mundo y he visto el otro además,
¿Qué más se puede pedir?
Martina Dobreva Kriviradeva, incluido en Vallejo & Co. (1 de febrero de 2020, Perú).
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Bello poema. Refleja esa lejanía ese ayer de ensueños y estoy real. Un enlace entre lo ideal y lo material.
ResponderEliminarBella y poética interpretación. Un abrazo.
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