A niño tan dormido
no me lo recordéis.
Dormía así en mi entraña
con mucha dejadez.
no me lo recordéis.
Dormía así en mi entraña
con mucha dejadez.
Yo lo saqué del sueño
de todo su querer,
y ahora se me ha vuelto
a dormir otra vez.
de todo su querer,
y ahora se me ha vuelto
a dormir otra vez.
La frente está parada
y las sienes también.
Los pies son dos almejas
y los costados pez.
y las sienes también.
Los pies son dos almejas
y los costados pez.
Rocío tendrá el sueño
que es húmeda su sien.
Tendrá música el sueño
que le da su vaivén.
que es húmeda su sien.
Tendrá música el sueño
que le da su vaivén.
Resuello se le oye
en agua de correr;
pestañas se le mueven
en hoja de laurel.
en agua de correr;
pestañas se le mueven
en hoja de laurel.
Les digo que lo dejen
con tanto y tanto bien,
hasta que se despierte
de sólo su querer...
con tanto y tanto bien,
hasta que se despierte
de sólo su querer...
El sueño se lo ayudan
el techo y el dintel,
la Tierra que es Cibeles,
la madre que es mujer.
el techo y el dintel,
la Tierra que es Cibeles,
la madre que es mujer.
A ver si yo le aprendo
dormir que me olvidé
y se lo aprende tanta
despierta cosa infiel.
dormir que me olvidé
y se lo aprende tanta
despierta cosa infiel.
Y nos vamos durmiendo
como de su merced,
de sobras de ese sueño,
hasta el amanecer...
como de su merced,
de sobras de ese sueño,
hasta el amanecer...
Gabriela Mistral en Ternura (1925), incluido en Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1970 (Alianza Editorial, Madrid, 1971, selec. de José Olivio Jiménez).
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Toda la ternura de una gran poeta. Gracias.
ResponderEliminarUn poema tierno si.
EliminarMuy chingonsísimo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, si. Un saludo.
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