domingo, 12 de julio de 2020

Poema del día: "Mil novecientos treinta", de Nicanor Parra (Chile, 1914-2018)

Mil novecientos treinta. Aquí empieza una época
Con el incendio del dirigible R 101 que se precipita a tierra
Envuelto en negras ráfagas de humo
Y en llamas que se ven desde el otro lado del Canal
Yo no ofrezco nada especial, yo no formulo hipótesis
Yo sólo soy una cámara fotográfica que se pasea por el desierto
Soy una alfombra que vuela
Un registro de fechas y de hechos dispersos
Una máquina que produce tantos o cuantos botones por minuto.

Primero indico los cadáveres de Andrée y de sus infortunados compañeros
Que permanecieron ocultos en la nieve septentrional durante medio siglo
Para ser descubiertos un día del año mil novecientos treinta
Año en que yo me sitúo y soy en cierto modo situado
Señalo el lugar preciso en que fueron dominados por la tormenta
He ahí el trineo que los condujo a los brazos de la muerte
Y el bote lleno de documentos científicos
De instrumentos de observación
Lleno de comestibles y de un sinnúmero de placas fotográficas.

En seguida me remonto a uno de los picos más altos del Himalaya
Al Kanchetunga, y miro con escepticismo la brigada internacional
Que intenta escalarlo y descifrar sus misterios
Veo como el viento los rechaza varias veces al punto de partida
Hasta sembrar en ellos la desesperación y la locura
Veo a algunos de ellos resbalar y caer al abismo
Y a otros veo luchar entre sí por unas latas de conserva.

Pero no todo lo que veo se reduce a fuerzas expedicionarias:
Yo soy un museo rodante
Una enciclopedia que se abre paso a través de las olas
Registro todos y cada uno de los actos humanos.
Basta que algo suceda en algún punto del globo
Para que una parte de mí mismo se ponga en marcha
En eso consiste mi oficio
Concedo la misma atención a un crimen que a un acto de piedad
Vibro de la misma manera frente a un paisaje idílico
Que ante los rayos espasmódicos de una tempestad eléctrica
Yo no disminuyo ni exalto nada.
Me limito a narrar lo que veo.

Veo a Mahatma Gandhi dirigir personalmente
Las demostraciones públicas en contra de la Ley de la Sal
Veo al Papa y a sus Cardenales congestionados por la ira
Fuera de sí, como poseídos por un espíritu diabólico
Condenar las persecuciones religiosas de la Rusia soviética
Y veo al príncipe Carol volver en aeroplano a Bucarest
Miles de terroristas croatas y eslovenos son ejecutados en masa a mis espaldas
Yo dejo hacer, dejo pasar
Dejo que se les asesine tranquilamente
Y dejo que el general Carmona se pegue como lapa al trono de Portugal.

Esto fue y esto es lo que fue el año mil novecientos treinta
Así fueron exterminados los kulaks de la Siberia
De este modo el general Chang cruzó el río Amarillo y se apoderó de Pekín.
De ésta y no de otra manera se cumplen las predicciones de los astrólogos
Al ritmo de la máquina de coser de mi pobre madre viuda
Al ritmo de la lluvia, al ritmo de mis propios pies descalzos
Y de mis hermanos que se rascan y hablan en sueños.

Nicanor Parra en Poemas y antipoemas (1954), incluido en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (Galaxia Gutenberg Círculo de lectores, Barcelona, 2002, selecc. de Eduardo MilánAndrés Sánchez RobaynaBlanca Varela y José Ángel Valente).

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2 comentarios:

  1. Para mí, uno de los grandes de Chile. Tengo en mi corazón de poeta tres nombres; este es uno de ellos.

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