Sin embargo me han crecido dos alas para mantenerme en tierra; para ayudarme a caminar mis manos tienen dos ojos ahora, para tener a la altura de matorrales me han llegado dos guías, camino haciéndome frente, formamos un grupo antiguo; tengo dos aletas que vibran alrededor y lejos adelante, pestañas vibrátiles para aproximar lo que está cerca, y dos ángeles para anunciar a igual voz el futuro del cual el presente puede inspirarse; me han llegado dos olas que vuelven suavemente a golpear cada flanco de mi barca; me ha ocurrido aprender a ser hijo. Me han dado la mano para las manos las mejillas para la boca los ojos a los ojos la frente como respuesta las piernas como una casa y también la espalda como una ballena en zócalo en su elemento.
Michel Deguy, incluido en Poesía francesa actual (Biblioteca digital, República Dominicana, 2009).
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