los aviones, los tanques.
Cierran las puertas, las ventanas, los ojos, los libros;
no dicen detenido, no dicen desaparecido.
El piano sigue en el salón, con una calcomanía simulando las teclas negras;
las teclas blancas son simuladas por el exceso de luz en el lugar.
En la ventana una piedra rasga el vidrio, la transparencia.
Los contemporáneos tocan las teclas negras, las calcomanías,
nosotros tenemos un agujero en los dedos, en la tráquea; solo hacemos ruidos
internos. El piano, en la sala, simulando. Interpretando en silencio crepúsculos.
La familia lee los cambios en el aire, los colores, los desvíos,
el aire dislocándose cuando lo empujamos al caminar.
El estruendo molesta en el oído,
en el silencio.
Rodrigo Arroyo en Chilean poetry (2008), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
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