la encontraron herida de bala en la sien, dentro
de carpa pobre en la calle Serrano.
Se dice que venía del sur y que era hija
de una campesina y de un profesor de
música lleno de vicios. Tuvo hijos, marido
y amor, pero vagaba guardando música
y que nunca nunca su corazón se sintió
querido. De sus hijos se cuenta
que aburridos de andar con su madre
deseaban partir lejos de ella.
"La sonrisa es para los contentos"
decía una vieja por ahí
no tengo risa,
solo tristeza y guitarra poseo,
que Dios no cante
versos de conmiseración,
que sola nací
y sola me vengo.
Los nombres de las flores se llevan triste, Violeta,
y la única música que esperamos es la del negro tambor,
retumba, retumban nuestros pobres corazones,
venga a cantar un canto al iracundo Señor.
Yeny Dían Wentén en Animitas (2015), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
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