como todo pasado noble. Modzelewska por padre,
Wyrzykowska por madre. Es huérfana y de quince años,
mil novecientos treinta y nueve:
pide pega en la industria intervenida.
El patrón frisa los cuarenta, arrancan
juntos a Viena por los rusos. Por los celos de Müller cae presa,
acusada a los nazis para casarlo con su hermana.
Son más de tres los meses. La liberan los gringos, camina días a Salzburgo
y en la plaza tras una alarma ve correr a su jefe. -¡Papa!, chilla.
Se casan a escondidas para que nunca la bese en la boca.
Doméstica de su cuñado, duerme en la pieza de servicio
tal como en Chile. Donde trajo a Goethe
y un par de pilchas, para hacer del barquito de pesca
uno con capitán y marineros.
Un hijo. Viuda. Gatos. Perros. Pájaros
que huelen como ella o viceversa.
No está ni ahí con ver a sus nietos, le reclama mi padre.
Toco el timbre y no suena, grito y no responde,
seis perros gordos y furiosos ladran sobre la reja.
Enrique Winter en Rascacielos (2006), incluido en Con mi caracol y mi revólver. Muestra de poesía chilena reciente (Vallejo & Co., Internet, 2018, selec. de Diego Alfaro Palma).
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