–Mañana le voy a quitarle el niño– últimas palabras del hijo pastabasero a su madre (i. Los
pastabaseros se vuelven locos,
me ha levantado las manos dos veces ya ii. Hace pipas delante mío
para provocarme iii. Tira en pelotas en el patio iv. Quiso quemar mi casa).
Al crespito centro de la discusión le brillan los ojos,
en ellos repite la hiedra de afuera. Imagínatelo en los cerros,
cómo reflejaría las luces naranjas de la noche:
indistinguibles las casas de las calles de los autos
su anemia de su quiste de su sífilis.
Con fruición toma mamadera
mira los pechos de quien vive con él, su aparente tía (informa
sobre ella el Servicio Nacional de Menores, sename:
fuerte sentimiento de abandono y soledad / con relaciones instrumentales, no
desarrolla vínculos profundos / exacerba sentimientos de tristeza).
Igual la tía tiene apoyo, no así la abuela (la de las cuatro citas sobre pastabaseros)
que mira a la ventana cada tarde
alerta para que su hijo no se aparezca.
Enrique Winter en Rascacielos (2008), incluido en Doce en punto. Poesía chilena reciente (1971-1982) (UNAM, México, 2012, selec. de Daniel Saldaña París).
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Novato.
ResponderEliminarJajajajaja.
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